Cine
Quince grandes errores de la película 'Napoleón', según un experto napoleónico
Manuel Arenas, presidente de la Asociación La Grande Armée de España, considera que la cinta «carece del más mínimo rigor histórico»
«Salimos muy decepcionados del cine», dice Manuel Arenas, presidente de la asociación The Royal Green Jackets, especialista en recreaciones de batallas y episodios históricos. Arenas y otros miembros de este colectivo acudieron vestidos de época a una sala coruñesa para ver el estreno de Napoleón: «Fuimos recibidos con aplausos», cuenta divertido. Lo que vino después ya no fue tan divertido: «Salí disgustado». Su conclusión es que Ridley Scott y su guionista David Scarpa «tocan de oído». «Dicen que se han gastado 200 millones de dólares en esta película. Una mínima parte la tendrían que haber destinado a asesores históricos, pero no». A su juicio, la cinta «carece del más mínimo rigor». Lo invitamos a que señale errores, y le salen quince de carrerilla «y aún podría seguir un buen rato más», asegura el también presidente de la Asociación La Grande Armée de España. Advertencia: este reportaje destripa el contenido de la película.
La ejecución de María Antonieta
«El rigor histórico se rompe ya desde el primer momento», señala Arenas. Al comienzo de la película, Napoleón asiste en primera persona a la ejecución de María Antonieta, que aconteció el 16 de octubre de 1793. No puede ser, puesto que «hay constancia de que en ese momento él estaba en el sitio de Tolón», que se desarrolló entre el 18 de septiembre y el 18 de diciembre de ese año.
La edad y la cicatriz del emperador
La película abarca desde que el protagonista tiene unos 28 años hasta que muere con 51, «sin embargo, la caracterización es siempre similar, o al menos yo no veo grandes diferencias entre el Napolén de 28 y el de 51», y recordemos que Joaquin Phoenix sopló ya las 49 velas. Además, el actor que da vida al emperador tiene una cicatriz en el labio superior. «He leído que no se la quiso quitar con maquillaje. Es su decisión, pero a mí eso me echa para atrás en cuanto a la caracterización, puesto que Napoleón no tenía una cicatriz así».
La edad de Josefina
Vanessa Kirby es Josefina de Beauharnai. La actriz tiene 35 años. Joaquin Phoenix, 49. «En la realidad, ella era cinco años mayor que él. Sin embargo, en la película es evidente que ella es mucho más joven que él».
El bombardeo de las pirámides
Uno de los episodios más delirantes del filme es el bombardeo de la pirámide de Kefrén. «Es rídiculo. En la guerra en Egipto lo más cerca que está de esas famosas pirámides es a 18 kilómetros». Cree que nunca se le pasó por la cabeza algo similar: «Nunca habría hecho una barbaridad de ese tipo porque él era un ferviente defensor de la cultura egipcia. De hecho, tiene un libro magnífico, que aún hoy tiene mucha difusión, titulado Descripción de Egipto».
La muerte de Robespierre
Aún hoy hay dudas sobre si Robespierre se suicidó o no en 1794, «pero lo que es evidente es que no lo hizo delante del cónclave», como aparece en la película.
Austerlitz no fue así
En la recreación que Ridley Scott hace de la batalla de Austerlitz, el 2 de diciembre de 1805, vemos trincheras y cañones tapados con una lona. «En la época napoleónica no se hacían trincheras y las batallas eran cara a cara, con ejércitos a pie de tierra, bien visibles, sin ocultar nada». Tampoco el desenlace es como lo cuentan en Napoleón: «Lo que vemos es que los cañones acaban bombardeando en un lago a las tropas del zar de Rusia y del emperador de Austria. No ocurrió así, y yo lo sé bien porque hasta he participado en recreaciones en el propio campo de batalla. En pantalla vemos una masacre y la realidad es que en ese episodio hubo muy pocas bajas, se habla de dos o tres».
No era ni cateto ni bruto
El episodio antes descrito del bombardeo de las pirámides y otros lo presentan en la película «como un auténtico cateto, cuando en realidad era una persona muy inteligente». «Es el creador del Código Civil y un gran promotor de las letras y las artes», remarca. Siguiendo con su carácter, también se le presenta como «un hombre rudo, muy bruto, también con las mujeres, cuando era gentil y tenía buenos modales». También como un tipo «siempre serio, nervioso e inseguro», lo que no se corresponde, a su juicio, con cómo era Napoleón.
Palacios coloniales
«No ha rodado nada en Francia y, en cuanto a ambientación, se paga. Los palacios que vemos son británicos y coloniales, no franceses y napoleónicos», resalta Arenas, quien también se queja de la «mala recreación» del interior de la catedral de Notre Dame, «lo que es una pena porque en esa escena el vestuario está muy bien».
¿Y Bailén?
Para Arenas, en una película sobre Napoleón no se tendría que prescindir «nunca» de la batalla de Bailén, en julio de 1808. «Es fundamental, pues se trata de la primera derrota del ejército napoleónico en suelo europeo». No solo se omite ese episodio bélico, «sino toda la campaña española».
Tres meses en un día
Cuando Napolén huye en 1815 de la isla de Elba y llega a la costa francesa «tarda tres meses en avanzar hacia París». «La película lo liquida en un día o así», remarca el presidente de la Asociación La Grande Armée de España.
Wellington ni oteó a Napoleón
La batalla peor contada es la de Waterloo (1815), en la que Arenas se recrea especialmente. «Hay un momento en el que Wellington ve a través de un catalejo a Napoleón, como si lo tuviera a 800 metros o así. La verdad es que estaban separados por unos cuantos kilómetros». Por cierto, «el francés tampoco dirigió Waterloo desde una tienda de campaña a pie del campo de batalla, sino desde una granja».
El bicornio tiroteado
En la película se ve que un disparo atraviesa el bicornio de Napoleón en plena batalla de Waterloo: «No llegó a suceder eso ni nada parecido. Es una exageración, puesto que lo que ocurrió es que perdió el bicornio en el campo de batalla. Por cierto, se lo llevó un holandés».
Carga en Waterloo
Seguimos en Waterloo. Ridley Scott nos lo presenta «cargando a caballo con un sable en la mano». «Es un disparate. Hubo un tiempo, cuando el sitio de Tolón, en que sí lo hizo, pero después, y mucho menos siendo emperador, ya nunca más se le pudo ver en el campo de batalla».
Demasiadas banderas
«En vez de un campo de batalla parece un campo de fútbol», dice sobre otra escena de la batalla de Waterloo en la que se ven «miles de banderas inglesas y francesas». No hubo tantas, sino muchísimas menos, en la realidad. Además, tanto en ese momento como en otros de la película apenas aparece la bandera del imperio napoleónico, que era muy habitual.
La muerte
«Está en Santa Elena, ve jugar a unas adolescentes, pasea por la isla, se sienta en una silla y, de repente, se cae para un lado y muere», relata Arenas la muerte de Napoleón en la película. La historia desmiente que fuese así: «Falleció de una úlcera sangrante, en su cama. Es una historia muy conocida porque, además, somos muchos los que pensamos que, en realidad, fue envenenado».
Acaba aquí el recuento de errores, «aunque podría alargarse más». «Esta película me parece que es la venganza de un director británico sobre el personaje histórico más venerado en Francia», concluye.