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Albert Rivera, este lunes en '100% únicos'Telecinco

‘100% únicos’

Las dos traumáticas muertes que marcaron la infancia y adolescencia de Albert Rivera

El que fue líder de Ciudadanos, que avanza que no volverá a su anterior profesión, cita a cuatro políticos como referentes, dos norteamericanos y dos españoles

Se vio a un Albert Rivera destensado, a gusto, en su primera entrevista en televisión «en tres o cuatro años». Habló de su familia, de su infancia, de su paso por la política –a la que no volverá– y de su actual situación profesional. Lo hizo a preguntas de personas con el transtorno del espectro autista, que son las verdaderas protagonistas de 100% únicos (Telecinco).

Trece años estuvo en política. Empezó con Ciudadanos en Cataluña, cuando logró tres escaños en el Parlamento catalán gracias a aquella campaña en la que salió desnudo en los carteles. Y acabó como todos sabemos que acabó. ¿Volverá? «No lo tengo pensado. En la vida hay que intentar pasar etapas. Intenté un proyecto. Llegamos muy lejos. Hicimos cosas importantes. Pero creo que la vida se vive una vez, y no varias, y ahora con 44 años quiero vivir con mis hijas, con mi familia, con mis amigos, y quiero aprovechar estos años para hacer cosas que no puede hacer. Le debo muchas cosas a mi gente». Con 31 años fue padre de Daniela y, con 40, de Lucía. «Lo que más ha aportado en la vida es el regalo de ser padre. Me ha abierto emocionalmente. Yo soy más emocional desde que soy padre que antes».

Sus referentes políticos internacionales son Kennedy y Obama: «No he visto una persona con más swing y con más carisma en una habitación. Es que te enamoras», dijo sobre el segundo. Entre los españoles, Adolfo Suárez y Felipe González, «que todavía hoy es una referencia».

Pacto Junts-PSOE

Le preguntaron poco de la actualidad, pero el acuerdo entre PSOE y Junts salió a colación: «Es un pacto en perjuicio de los españoles, de la mayoría, que queremos que la ley se cumpla. Pero moralmente, cómo le explicamos a nuestros hijos que hay que respetar las reglas. Si los políticos que gobiernan hacen leyes para que no respetan las reglas los políticos».

No le gusta una España de compartimentos estancos. «Una de las cosas que me preocupan de la situación actual en España es que estamos polarizando la sociedad. Estamos yendo a grupos de personas que solo viven, o hablan, con gente que piensa igual, leen los mismos periódicos, ven las mismas teles o se informan a través de los mismos medios. Para nuestra sociedad es necesario hablar con alguien que piensa distinto».

De Rivera se recuerda, precisamente, su participación en los debates electorales. ¿Por qué lleva tantas cosas?, le preguntaron. «El lenguaje verbal es un 10% de la comunicación. Casi el 60% es el lenguaje no verbal, es lo que no decimos, cómo nos movemos, qué ropa llevamos. Y el otro 30% es el tono de voz, los silencios, tu entonación, tu acento. Cuando estudias eso, y lo conoces, pues dices ‘habrá que utilizar también bien esos tantos por cien para comunicar’». El famoso adoquín que lució en uno de aquellos debates «representaba la agresión que estaban sufriendo los cuerpos y fuerzas de seguridad»

¿Y después de la política, qué? «He vuelto a mi hábitat». Al sector privado. Aunque mantiene contactos con antiguos compañeros, entre los que citó a dos, Inés Arrimadas y Begoña Villacís.

El Rivera más íntimo

La parte más íntima de la entrevista fue cuando rememoró su infancia. Su mejor recuerdo es la casa de campo alquilada a la que su familia iba de viernes a domingo. «Vivíamos en tribu», recordó. Entre 20 y 30 familiares se juntaban entre bisabuelos, abuelos, tíos, primos.

El peor, el fallecimiento de dos tíos, ambos hermanos de su padre: «Mueren muy jóvenes. Uno murió, de sida, Alberto, fue de los primeros casos de España y no sabíamos ni siquiera qué era. Yo viví el último verano en Málaga con él, no me pude despedir como me gustaría. Era mi tío favorito». A Alberto le gustaba Queen. Y por eso cuando Albert competía en natación (a los 14 años fue campeón de Cataluña de 50 braza) se ponía The Show Must Go On antes de tirarse a la piscina.

Su otro tío, Miguel, «cayó en las drogas muy joven y acabó suicidándose». «Esas dos vivencias, con 8-9 años, y con 12 años, perder a tus dos tíos, que convíamos con ellos cada fin de semana, te marca mucho».

De su padre, fallecido en agosto, también habló con mucha emoción. Su madre le anunció su muerte mientras estaba al volante de su coche, junto a su hija mayor. El último día que se vieron cara a cara «fue uno de los más bonitos de su vida». Navegaron, comieron en un chiringuito, hablaron…

Sobre Malú

De Malú se habló poco, lógicamente. Contó que la conoció en un concierto, cuando ambos tenían parejas. Se reencontraron siendo solteros, y surgió una relación de cinco años. «La vida son etapas y hay que sacar lo bueno de cada una de las etapas. Y al final las madres de tus hijas son también familia». «He empezado con una chica ahora», admitió. Ya lo habíamos leído en las revistas del corazón.