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Juanjo PuigcorbéGTRES

Juanjo Puigcorbé, el actor que renegó del «Estado español» y ahora critica a Cataluña por no darle trabajo

«En Barcelona no es que me traten mal, es que no me tratan», asegura el actor, que vive en Madrid tras su salida como concejal de ERC y estrena esta semana la serie de Antena 3 Entre Tierras

Este jueves se estrena en Antena 3 la serie Entre Tierras, en la que Juanjo Puigcorbé interpreta a don Ramón, un terrateniente manchego que busca una esposa para su sobrino. Además, tras más de una década, el actor catalán ha regresado al teatro para protagonizar Roca Negra junto a María Adamuz. Eso sí, lo hace en el Teatro Pavón de Madrid, y es que, tras su salida de ERC en 2018, partido del que fue concejal en Barcelona, el intérprete asegura que en Cataluña nadie le llama ya para trabajar.

«Lo que me hicieron no tiene justificación. Me buscaron la ruina», explica en una entrevista concedida a La Vanguardia. ERC exigió a Puigcorbé, natural de Barcelona, que entregase su acta de concejal a raíz de un informe de la Diputación donde se le acusaba de maltrato a sus subordinados, lo que supuso también un grave problema en su trayectoria como intérprete. «Hubo voluntad de destruirme, que lo pasara mal. No quiero decir que no tenga la culpa de cosas, tengo mi parte de responsabilidad, pero hubo ensañamiento», ha declarado.

No es la primera vez que el catalán pone de manifiesto que, tras su salida de la política, tuvo que trasladarse a Madrid para poder trabajar después de estar varios años en Cataluña sin conseguir un solo papel a causa de las «puñaladas» de ERC. Sin embargo, esta vez explica las que él considera las verdaderas razones de toda esta situación. «Aparte de atribuirlo a quien sea, porque tengo, lógicamente, mis sospechas claras, no se puede vivir sin trabajar. Y cuando le pasa a mucha gente, hay un problema», señala Puigcorbé, que ha recordado cómo fue su traslado a Madrid.

«Estaba muy perplejo. Después de los cuatro años de política, en los tres años siguientes que estuve en Barcelona ni mi mujer ni yo hemos tenido ningún tipo de trabajo. Lo cual es un poco espeluznante. Es muy difícil vivir en una ciudad en la que no puedes trabajar. No puede ser», ha indicado, antes de asegurar que la razón de esta coyuntura se debía a que, en Barcelona, todo el trabajo como actor iba a parar siempre a las mismas manos.

«En Barcelona siempre veo a la misma gente en los mismos sitios durante todo el rato. Inauguré el Centro Dramático de la Generalitat con un Ibsen y, sin embargo, en los últimos 36 años no he recibido ninguna propuesta ni del Lliure ni del Teatre Nacional de Catalunya. Ya he entendido el mensaje. En cambio, en Madrid siempre me han tenido en cuenta», ha destacado. «En Barcelona la misma gente hace todo. Teatro, cine, televisión, doblaje, anuncios. Todo, todo, todo», ha continuado, subrayando que la capital siempre le ha tratado bien. «En Barcelona no es que me traten mal, es que no me tratan», ha dicho directamente.

Así mismo, asegura que él no es el único artista damnificado por las políticas y las decisiones que se llevan a cabo en su región. «Hay más gente que vive esto mismo. En Madrid ha habido siempre una tercera parte de la población actoral catalana. Cataluña no absorbe toda su potencia creativa y por eso crea tantos catalanes universales, porque todo el mundo se va», ha sentenciado.