'El secreto de sus ojos': heridas abiertas y cuentas por saldar del pasado

Según el dicho popular, «el tiempo lo cura todo». Con la perspectiva que dan los años vividos, creo que más que curar, el tiempo ayuda a cicatrizar las heridas del pasado, y dichas cicatrices nos sirven de recordatorio de los embates que hemos podido superar. Pero en algunos casos, las heridas nunca llegan a cerrarse del todo, y aprendemos, mal que bien, a convivir con ellas. De todo ello nos habla Juan José Campanella en esta obra maestra del cine argentino que combina intriga, romance, y algo de humor, de manera magistral.

A finales de los 90, Benjamín Espósito (Ricardo Darín), un agente judicial recién retirado, decide escribir una novela acerca del brutal asesinato de una joven ocurrido en 1974, en cuya investigación se vio envuelto por casualidad, y cuya resolución en falso le obsesiona. Durante la investigación inicial del caso entabla relación con el viudo de la víctima, Ricardo Morales (Pablo Rago), devastado por la tragedia, y a quien Espósito promete en su momento encontrar al asesino y llevarlo ante la justicia, siendo ayudado por su asistente, Pablo Sandoval (Guillermo Francella) y la nueva jefa del departamento, Irene Menéndez-Hastings (Soledad Villamil). 25 años después, al revivir el pasado, y con motivo de sus nuevas pesquisas, Expósito vuelve a contactar con Irene, a quien ha amado en silencio durante todos estos años.

Con un brillante guion coescrito con Eduardo Sacheri, autor del texto original en que se basa la película, Campanella nos ofrece un complejo y sorprendente relato donde la historia se desarrolla en distintas líneas temporales, tejiendo un complejo tapiz de intrigas y emociones, en el que vamos descubriendo cómo los estragos causados por el paso del tiempo, los sentimientos ocultos y las obsesiones del pasado, afectan de distinta manera a los personajes.

El director utiliza la técnica cinematográfica con maestría, destacando secuencias memorables como la inolvidable persecución en el estadio de fútbol. La dirección de fotografía de Félix Monti y la música de Federico Jusid contribuyen a la atmósfera cautivadora de la película, en una clave próxima al Neo-Noir.

Con unos personajes redondos en su concepción, diálogos excepcionales y escenas que transitan con fluidez entre la intriga, el melodrama y la comedia, Campanella consigue crear una obra que nos atrapa y nos seduce.

Asimismo, las interpretaciones del trío de protagonistas principales (Ricardo Darín, Soledad Villamil y Guillermo Francella), al igual que el resto del reparto, son extraordinarias.

Por todo ello, El secreto de sus ojos no solo es una obra maestra de suspense, sino también una reflexión profunda sobre el amor no confesado, la obsesión, la justicia y los secretos que pueden cambiar vidas. La habilidad del director para entrelazar el drama humano con la intriga policial hace que esta película gane con cada nuevo visionado y no pierda ni un ápice con el paso del tiempo.

Como suele pasar con las grandes obras cinematográficas, la lectura de la película, y la huella que deja, varía según las sensibilidades y las vivencias de cada espectador. Unos sentirán cierta empatía por las vicisitudes de los personajes y estarán satisfechos del visionado por la brillantez narrativa del filme. Otros se sentirán plenamente identificados con los conflictos sentimentales y morales planteados en la película, al haber pasado por trances parecidos, y, por tanto, emocionados por verse reflejados de alguna manera en la pantalla. Pero todos se sentirán tocados por lo que acaban de ver, y ese poso, esa huella, es lo que hace extraordinaria a una obra cinematográfica, y precisamente eso es lo que hace extraordinaria, a la vez que perdurable en la memoria, a El secreto de sus ojos.

- Puede verse El secreto de sus ojos en Disney+, Amazon Prime Video, Netflix, HBO Max, Movistar Plus y FlixOlé.

• Pedro Lainez es realizador, productor creativo y profesor de la Universidad San Pablo CEU