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Orestes, en la semifinal de la 'Noche de los campeones'Antena 3

Antena 3

La 'Noche de campeones’ de ‘Pasapalabra’ cambia sus normas para la final: si hay empate, habrá 'penaltis'

Los dos primeros criterios de desempate establecidos en las semifinales se eliminan para el duelo decisivo entre Orestes Barbero y Luis de Lama

Este sábado se disputa la final de la Noche de campeones de Pasapalabra. Con el objetivo de dotar de una mayor emoción a la final, Antena 3 ha decidido cambiar una norma fundamental, la que afecta a las igualadas.

En el concurso tradicional, una igualada supone repartir el dinero (600 euros para cada uno) y, lo que más nos interesa en este caso particular, disputar el rosco al día siguiente sin necesidad de pasar por la silla azul. Sin embargo, en la Noche de campeones, dado que tiene que haber necesariamente un ganador, no se contempla que el duelo quede en tablas. En las dos semifinales (Orestes Barbero versus Javier Dávila y Pablo Díaz versus Luis de Lama), los criterios de desempate fueron, por este orden, los siguientes: gana el que saque más aciertos en la primera vuelta; en caso de que la igualada persista, el triunfo es para el que logre el turno más largo de aciertos; y, si aún así continúa el empate, hay una silla azul en la que solo se permite un fallo.

En ninguna de las semifinales hubo que recurrir a ese criterio. Porque Orestes se plantó con 23 aciertos y Javier no superó los 22. Y porque Luis de Lama alcanzó las 23 respuestas acertadas, sin ningún error, y Pablo Díaz igualó esas 23 pero cometió un fallo. En todo caso, la norma de desempate sí influyó, especialmente en el caso de Pablo que, en su ansia por lograr una primera vuelta con más aciertos o una tanda larga de respuestas correctas, se precipitó y cometió un error tonto.

Pues bien, Antena 3 ha decidido modificar la norma de desempate cara para la final. Los dos primeros criterios se borran. Desaparecen de un plumazo. ¿Qué ocurrirá en caso de igualada? Pues que habrá lo que Roberto Leal denomina, a la manera del tenis, como «muerte súbita». Es una «silla azul» pero, al contrario que en la tradicional, solo se permite un fallo. Si fallan o aciertan los dos la partida continúa. Si el concursante que abre el turno comete un error y el segundo atina, gana este último. Y si el que abre el turno acierta y el siguiente falla, gana el primero.

Sin duda, así los concursantes dejarán las estrategias aparte y se concentrarán en lograr el mayor número de respuestas correctas. Y, en caso de empate, la emoción final será mayor, al estilo de lo que ocurre en las tandas de penaltis del fútbol una vez que se tiran las cinco penas máximas iniciales.