Eurovisión 2024
El Benidorm Fest se calienta con abucheos al jurado por votar a la baja a Jorge González
Pese al criterio de los expertos, el madrileño ganó el televoto y el voto demoscópico y es finalista junto al bolerista St. Pedro, la flamenca María Peláe y el ritmo urbano de Almácor
Lo que ocurrió anoche, en la segunda semifinal del Benidorm Fest, ya pasó en la primera edición. El jurado puntuó a la baja una de las opciones favoritas del público, que reaccionó con furia, en el plató y en las redes. Como en aquella ocasión, una opción descartada por los expertos para la final logró colarse en ella entre el clamor popular. Entonces, dos atrás atrás, fueron las gallegas Tanxugueiras; en esta ocasión, el gitano Jorge González. Es uno de los tres nuevos finalistas: el bolero de St. Pedro, el flamenco de María Peláe y la música urbana de Almácor también pelearán el sábado por el micrófono de bronce y la plaza en Eurovisión.
María Peláe
Rasgando una guitarra española arrancó María Peláe su muy flamenca actuación. Remitente, una letra zurcida con frases de sus abuelos, es una oda a la tradición. La exhibición vocal fue memorable, pero tras lo del año pasado, cuando la barca de flamenco volvió a hundirse en Eurovisión tantos años después de Remedios Amaya, intuímos que sus probabilidades de ganar el Benidorm Fest —ya no digamos Eurovisión— son las mismas que las que tiene el Barça de ganar la Liga.
Dellacruz
Da vértigo —y cierto repelús— pensar que quizá dentro de cien años el pop urbano con ribetes latinos, raperos y electrónicos de canciones como Beso en la mañana, de Dellacruz sea considerado un sonido clásico. Mejor seamos optimistas y pensemos que no, y que esos sonidos «se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia», que decía aquel replicante.
Marlena
El dúo madrileño nos cantó una historia de amor a lo Grease con Amor de verano. La puesta en escena recordó a la de los míticos Azul y Negro, y quizá por eso se nos ocurrió pensar que esta canción refresquito sería ideal como sintonía de una vuelta ciclista. Como apuesta eurovisiva no la vemos. A la vista de los votos, el jurado y el público, tampoco.
St. Pedro
Nada menos que un bolero osó cantar Pedro Hernández en medio de aquel festival de ritmos vertiginosos. Fue como ver una flor en medio de un glaciar. Y suponemos —no nos mostraron plano alguno— que un corte de rollo para los agitadores de caderas y móviles que primaban entre el público. Dos extraños (Cuarteto de cuerda) podría habernos representado en Eurovisión 1966. Y haber ganado. Lograr lo mismo en 2024 roza el milagro. Pero España —al menos una parte— parece decidida a intentarlo.
Jorge González
Un «potaje gitano» sirvió Jorge González con Caliente. A pecho descubierto compareció con otros cuatro muchachos —sus bailarines— para marcarse un chanelazo a lo macho, un show a lo Ricky Martin que enloqueció al público. De entrada, no pareció dejar a nadie frío. Luego supimos que al jurado sí. «Me he sentido empoderado y caliente», declaró cuando se vio en la final.
Yoly Saa
La propuesta más alternativa de la noche la firmó Yoly Saa con No se me olvida. Su delicado pop-folk envuelto en una escenografía tanxugueira, combinado con su bonita voz, proporcionó un momentazo de la gala.
Roger Padrós
El discurso plurinacional del Gobierno de Sánchez también tuvo su hueco en el Benidorm Fest: «Para mí que la canción sea en catalán es importante. Porque al final es mi lengua materna, y para normalizar que España es un país plural, multicultural y diverso», nos explicó, antes de cantar, Roger Padrós. Tocó al piano El temps, y la verdad es que se agradeció ver un instrumento musical en el escenario. Padrós compareció descalzo, como Sandie Shaw en aquel certamen eurovisivo que ganó para entusiasmo de Morrissey. La suya fue una interpretación hermosamente intimista. El jurado de expertos lo colocó en la final, del que la bajó el demoscópico.
Almácor
Un tiktoker dijo que Brillos platino es el resultado de mezclar en una coctelera un tema de Quevedo con otro de Rauw Alejandro. Así presentaron la canción de marras, interpretada por un chavel valenciano que, tras dos propuestas lentas, dinamitó la platea. Una propuesta latina para estos tiempos reguetoneros. ¿Es lo que Europa espera de España?
La votación
Tras las actuaciones Íñigo Quintero y Sergio Dalma, llegó la hora de la verdad. Primero habló el jurado internacional y nacional, que votó así: St. Pedro (94), María Peláe (71), Almácor (65), Roger Padrós (55), Marlena (48), Jorge González (42), Yoly Saa (35) y Dellacruz (22). Su criterio pesaba un 50%. Hubo abucheos para Beatriz Luengo, portavoz de los expertos, cuando anunció que Jorge González se llevaba la tercera peor puntuación. «Todo puede cambiar. Por favor, respetarme al jurado», rogó la presentadora Ruth Lorenzo. «Amores míos. A mí me encanta vuestra pasión y vuestra entrega, pero esto es muy difícil», se justificó Luengo. Los 55 puntos al catalán Padrós provocaron nuevos silbidos y abucheos.
El 25% correspondía al voto demoscópico, cuyo resultado fue el siguiente: Jorge González (40), St. Pedro (35), María Peláe (30), Marlena (28), Almácor (25) Yoly Saa (22), Roger Padrós (20) y Dellacruz (16). Los 40 puntos a González fueron recibidos con una gran ovación. «Todo cambia», dijo Ruth Lorenzo, presumiendo de haber acertado en el pronóstico.
Restaba el televoto, que también colocó en primera posición al gitano Jorge González (40). Después St. Pedro (35), María Peláe (30), Roger Padrós (28), Almácor (25), Yoly Saa (22), Marlena (20) y Dellacruz (16).
Así que los cuatro elegidos para pasar a la final fueron St. Pedro (164), María Peláe (131), Jorge González (122) y Almácor (115). Quedaron fuera Roger Padrós (103), Marlena (96), Yoly Saa (79) y Dellacruz (54).