La semana de la tele
Inés Hernand, Mercedes Milá y la Segunda Guerra de Margallo
La polemista catalana claudicó ante el político popular, gran ganador –junto a Lorca– de la primera entrega de El mejor de la historia
Vaya semanitas polémicas lleva TVE, la que pagamos todos. La pasada el lío lo montó Inés Hernand en la gala sabatina de los Goya. En la que acaba hoy ha sido Mercedes Milá, que se erigió en juez y parte en El mejor de la historia, el espacio que durante seis viernes elegirá al español más relevante de todos los tiempos. Curiosamente, ambas mujeres compartieron hasta hace poco tareas de presentación en No sé de que me hablas, un programa de La 1 tan polémico como corto de audiencia (su última emisión, el 7 de febrero, con Almodóvar de invitado, obtuvo un ridículo 6,7 % de cuota de pantalla).
‘El mejor de la historia’
Milá califica de animal a Hernán Cortés y equipara a Jenni Hermoso con Agustina de Aragón
Que hayan mandado a presentar los Goya a una mujer que considera que el cine de Garci es una «tortura» y que sin embargo Pedro Sánchez es un «icono» dice mucho de TVE. Ningún integrante de la lista de 50 de la que saldrá el mejor español de la historia pisó la alfombra roja en la que Hernand se erigió en protagonista al nivel de los de La sociedad de la nieve –no va con segundas–. Pedro Almodóvar y Penélope Cruz, que sí estuvieron en la gala, figuraron en la selección previa de 150, pero no llegaron a entrar en la relación más selecta, en la criba definitiva, la que solo reúne a medio centenar de españoles relevantes.
El «médico» Ortega y Gasset
Por cierto, entre los 50 de marras sí está Ortega y Gasset, lo que nos lleva de vuelta a Inés Hernand, que se refirió como «médico» al madrileño durante la gala goyesca, quizá al confundirlo con Ramón y Cajal. Peor fue lo de la cantante Amaia, icono de OT y de Los Javis, que preguntó quiénes eran –ojo al plural– Ortega y Gasset. Lo de la triunfita no tiene nombre. O sí: ignorancia. No descarten que Amaia o la propia Hernand sean convocadas por Silvia Intxaurrondo como comentaristas de El mejor de la historia. Siguiendo con los 50, entre ellos también figura Goya, el pintor que da nombre a los premios del cine, pero que ya sabemos que no será el español más relevante porque Lorca le ganó mano a mano, en el ruedo de las encuestas, la plaza en la final.
Esta victoria de Lorca (la segunda en TVE después de aquella de El Ministerio del Tiempo) se produjo en la noche del viernes, con Mercedes Milá como comentarista del asunto. Pero esta vez el asunto no era el edredoning, como en los viejos tiempos de Gran Hermano, sino elegir al mejor español de siempre. Y ahí se le vio pez. A Milá le ha caído la del pulpo por llamar «asesino» al conquistador Hernán Cortés o por equiparar la hazaña bélica de Agustina de Aragón con la denuncia de Jenni Hermoso. Esta polemista nata encontró la horma de su zapato en un político del PP que se erigió en defensor del pabellón español: hablamos de José Manuel García-Margallo.
La primera Guerra de Margallo
La del viernes entre el eurodiputado madrileño y la presentadora catalana fue la Segunda Guerra de Margallo. Aclaremos a Mercedes Milá cual fue la primera: tuvo lugar en el Rif entre 1893 y 1894, fue dibujada por ese español relevante llamado Picasso cuando era un adolescente alumno en la Escuela de Bellas Artes coruñesa y en ella cayó muerto Juan García Margallo, bisabuelo de José Manuel García-Margallo.
El político aportó sentido común y conocimiento histórico en una mesa en la que ambos escasearon. Confrontó con la incendiaria Milá, que no está acostumbrada a que le lleven la contraria. Por momentos –y de hecho así lo pronosticó la jauría de Twitter– pareció que llegaría la sangre al río en el duelo verbal entre Milá y Margallo, pero al final la periodista admitió su inferioridad, felicitó a su enemigo y admitió que llevaba toda la noche diciendo «sandeces». Así que la Segunda Guerra de Margallo la ganó Margallo.
¿Habrá troleo?
Milá figura entre los 41 españoles –nueve, todos los del primer grupo salvo Lorca, quedaron eliminados en el programa del viernes– que aún puede ser elegidos como el más relevante de la historia. La competición se organiza por grupos, y la periodista catalana figura en el quinto junto a Antoni Gaudí, Clara Campoamor, El Greco, Félix Rodríguez de la Fuente, Iker Casillas, Isabel II de España, Juan Ramón Jiménez, Miguel Induráin y Santiago Ramón y Cajal.
Dada la proverbial tendencia de los españoles al troleo, que alcanzó su cumbre con la designación de Chikilicuatre como candidato eurovisivo, no sería de extrañar que, dada la polémica suscitada por su intervención del viernes, la media España que apoya los postulados mentales de la catalana la encumbrase a lo más alto. Y cuando decimos «a lo más alto» no nos referimos a que gane su grupo, sino a que sea la vencedora final, batiendo a Lorca y a quien le pongan por delante, llámese Pablo (Picasso) o Cristóbal (Colón). Es decir, igual que el antisanchismo es un motor del sanchismo –según la teoría de Rubén Amón–, las críticas a Milá podrían ser contestadas con miles de votos que la elevarían a la condición de española más relevante de la historia. Así que basta ya de criticar a la presentadora. Fin del artículo (y de la crítica).