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¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, 60 años de una brillante y profética película

¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, 60 años de una brillante y profética película

'25 películas que debes ver antes de morir'

'¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú', o cómo relajarse y sonreír ante el devenir de una hecatombe nuclear

  • Categoría: obra cumbre de la sátira política

  • Filme dirigido por Stanley Kubrick en plena Guerra Fría, una sátira hilarante e incisiva sobre los absurdos de la política nuclear y la sinrazón humana

Estrenada apenas dos años después de la crisis de los misiles de Cuba del 62, en medio del apogeo de las tensiones nucleares entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y con el personal paranoico ante la posibilidad del fin del mundo, Kubrick, ya ubicado en Inglaterra, tras la polémica surgida por su anterior filme Lolita, convirtió magistralmente el temor a la aniquilación global en una comedia negra, mostrando su incomparable habilidad para combinar el humor con la reflexión crítica.

Slim Pickens encarna al mayor T.J. "King" Kong

Slim Pickens encarna al mayor T.J. «King» Kong

La trama gira en torno a un general de brigada desquiciado de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Jack D. Ripper (Sterling Hayden), obsesionado con que los soviéticos están envenenando a la población americana, que ordena un primer ataque nuclear contra la Unión Soviética, y los desesperados intentos posteriores del presidente de los Estados Unidos, Merkin Muffley (Peter Sellers), y sus militares y asesores, para detener a los bombarderos antes de que causen una catástrofe global.

La dirección de Kubrick, con su brillantez habitual, su agudo ingenio, y su meticulosa atención al detalle, emplea la ironía y la exageración para resaltar lo absurdo de las estrategias nucleares y la irracionalidad de los procesos de toma de decisiones políticas y militares que podrían conducir al fin del mundo. El estilo visual de la película, caracterizado por su cinematografía en blanco y negro, del director de fotografía Gilbert Taylor, contribuye a crear un retrato surrealista, pero incómodamente realista, de las tensiones geopolíticas. El uso de la ironía por parte de Kubrick, y su capacidad para provocar risas ante una catástrofe, son evidentes a lo largo de la película, particularmente en las secuencias icónicas de la Sala de Guerra del Pentágono, creada por el genial diseñador de producción Ken Adam, y por las escenas finales con el memorable personaje del Dr. Strangelove (también interpretado por Peter Sellers), un ex nazi convertido en asesor científico estadounidense.

Peter Sellers y George C. Scott nos ofrecen unas interpretaciones memorables

Peter Sellers y George C. Scott nos ofrecen unas interpretaciones memorables

La actuación de Peter Sellers es destacable al asumir brillantemente múltiples roles, el melifluo presidente Merkin Muffley, el atildado capitán británico Lionel Mandrake y el siniestro Dr. Strangelove. Inicialmente estaba previsto que interpretase también un cuarto personaje, el piloto del B-52, el mayor T.J. «King» Kong, pero, supuestamente debido a un accidente durante la filmación, debió abandonar el papel, y fue sustituido por el actor Slim Pickens. George C. Scott como el general Buck Turgidson y Sterling Hayden como el general de brigada Jack D. Ripper, ofrecen actuaciones igualmente fantásticas, cada una de las cuales contribuye a la visión crítica de la locura militar y política que encarnan sus personales.

Imagen de la icónica Sala de Guerra diseñada por Ken Adam

Imagen de la icónica Sala de Guerra diseñada por Ken Adam

Habiendo transcurrido ya 60 años desde su estreno, ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú ha dejado una marca indeleble tanto en el cine como en el discurso público sobre la política nuclear. Su capacidad para provocar risas y reflexión a partes iguales lo ha convertido en todo un clásico. La película no sólo critica la lógica absurda de la destrucción mutua asegurada, sino que también sirve como un recordatorio atemporal de los peligros de deshumanizar la tecnología y la importancia del discurso político racional. Uno se pregunta, con los tiempos que corren en Europa y en el mundo, si realmente hemos aprendido la lección.

Como nota final, quisiera recordar que Stanley nos dejó el 7 de marzo de 1999, y, pasados estos 25 años, se echa en falta la genialidad, el inmenso talento y la fina ironía de un tipo tan visionario, meticuloso y maniático como el gran director Stanley Kubrick.

-Se puede ver ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú en Filmin y Movistar Plus. Se puede alquilar en Amazon Prime Video, Rakuten TV, Google Play Movies y Apple TV como descarga online.

Si te gusta '¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú' también puedes ver...

Aquí os dejo esta sugerencia de programa triple de brillantes, a la par que divertidas, sátiras políticas norteamericanas:
  • Uno, dos, tres, de Billy Wilder
  • La cortina de humo, de Barry Levinson
  • El vicio del poder, de Adam McKay

  • Pedro Lainez es realizador, productor creativo y profesor de la Universidad San Pablo CEU.

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