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Félix Rodríguez de la Fuente, en el primer episodio de 'El hombre y la tierra'

Félix Rodríguez de la Fuente, en el primer episodio de 'El hombre y la tierra'La 1

La semana de la tele

Medio siglo de ‘El hombre y la tierra’, el mejor de la historia

El programa de Félix Rodríguez de la Fuente se estrenó un 4 de marzo de 1974 y estuvo en antena hasta 1981, el año siguiente de su muerte en Alaska

Tiene en antena la televisión pública un programa que se titula El mejor de la historia. Lo presenta Silvia Intxaurrondo y su audiencia figura entre las peores de la historia de La 1 en lo que se refiere al prime time de los viernes. No fue un viernes, sino un lunes 4 de marzo, cuando hace 50 años empezó a emitirse El hombre y la tierra, que tuvo un seguimiento masivo y que en el año 2000 fue elegida la mejor producción de la historia de la televisión en España. Así ha cambiado la televisión de todos.

«Es una serie de tema ecológico, en ella aparecerán las plantas, los animales y los pueblos primitivos. En ella aparece también el hombre, tanto ayudando como degradando a la naturaleza», explicó Félix Rodríguez de la Fuente en ese episodio de arranque, que se emitió en la primera cadena a las 21.35 horas, justo después del Telediario. No era lo primero que hacía en la tele este médico de formación, pues antes había asombrado con Fauna o El planeta azul, pero sí iba a ser lo de más impacto. Lo de «marcó a una generación» no sería exacto en su caso, porque realmente lo que hizo fue marcar a varias.

Hoy se aplica con cierta ligereza el calificativo de pionero. Pero ciertamente este programa lo era. Técnicamente asombroso, presentaba la divulgación medioambiental y científica de un modo ya no ameno sino trepidante. Aquella sintonía tan acelerada era una invitación a la aventura. La naturaleza convertida en una película de acción.

Más de 120 capítulos

Fueron 124 capítulos divididos en tres bloques. Arrancó con la llamada «Serie Venozolana», continuó con la «Serie Ibérica» y finalizó abruptamente con la «Serie canadiense». Por cierto, se rodó y emitió en color para disfrute de los que tenían un receptor adecuado, cuyo uso se popularizó algo después, cuando con motivo del Mundial 82 se jubilaron millones de televisores en blanco y negro.

Todo se truncó el 14 de marzo de 1980, durante un rodaje en Alaska. Iban a grabar una carrera de trineos tiradas por perros. «Mira, Miguelito, mira qué lugar más bonito… para morir», le dijo al operador de cámara Miguel Molina minutos antes de subir a una avioneta. El aparato en el que viajaban Félix Rodríguez de la Fuente, de 52 años, y dos compañeros de su equipo, se estrelló minutos después.

Quedaron huérfanos el lince ibérico y el águila real, y también abuelos y niños, esos críos que, a ritmo de Enrique y Ana, aún hoy podrían cantar aquello de «amigo Félix / cuando llegues al cielo / amigo Félix, hazme solo un favor / quiero ir contigo a jugar un ratito / con el osito de la Osa Mayor».

El hombre y la tierra se acabó un año después de la muerte de Félix, en 1981. Pero su recuerdo permanece y se celebra hoy, 50 años después de su estreno.

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