El cinismo de Wyoming: ataca al novio de Ayuso en 'El Intermedio' cuando él defraudó 910.000 euros a Hacienda

Al equipo de El Intermedio, con Wyoming a la cabeza, deberían sobrarle cada día temas de actualidad relacionados con los escándalos del Gobierno de Sánchez (la ley de amnistía, el caso PSOE/Koldo, Begoña Gómez…) a los que sacar punta para sus pretendidas –y no conseguidas– gracietas. Lo que hace en cambio tarde tras tarde –desde hace ya demasiados años– es tapar las faltas de la izquierda y agarrarse a cualquier clavo ardiendo relacionado con el PP o Vox para intentar ridiculizar –también sin conseguirlo– a quienes no piensan como ellos.

En las últimas semanas, ese clavo ardiendo es el novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González. Como ocurre con los informativos y programas de actualidad de TVE como La Hora de La 1, en El Intermedio atacan indiscriminadamente a Ayuso y su pareja, pero callan con Sánchez y su mujer, Begoña Gómez. Con un agravante que retrata al presentador de El Intermedio: Wyoming se lanza a la carga contra el novio de Ayuso cuando el que fue condenado por fraude fiscal a un pago de 910.000 euros a Hacienda en 2014 es el propio presentador de La Sexta.

Además, en 2020 la Audiencia Nacional rechazó el recurso presentado por Wyoming y le impuso una multa de 163.000 euros más una liquidación de 403.000 euros por las irregularidades en sus declaraciones de la renta correspondientes a 2005 y 2006. El usuario de la red social X (antes, Twitter) Capitán Bitcoin ha retratado a la perfección el cinismo de Wyoming con el siguiente mensaje:

En las últimas semanas, en la enésima muestra de la falta de gracia y originalidad de El Intermedio, el programa de La Sexta ha recurrido a alterar la letra de una canción tradicional como El patio de mi casa para atacar al novio de Ayuso y a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Con Wyoming sentado y leyendo lo que le escriben, como cada tarde en los últimos 18 años, y con Dani Mateo cantando. Lo mismo a Sánchez, que agradece los esfuerzos de Wyoming con su visita a El Intermedio al olor de las elecciones, como el pasado junio, le hace gracia.