Crítica de cine
'Remando como un solo hombre': la historia real de la nueva película de George Clooney como director
El filme de género deportivo destaca por su mensaje de compañerismo y unidad
Se ha estrenado en Prime Video la última película dirigida por George Clooney, que ya hace mucho demostró sus dotes de realizador a medida que iba dejando atrás su carrera como actor. A partir del libro Remando como un solo hombre (The boys in the boat) de Daniel James Brown (2013), el guionista Mark L. Smith afronta una recreación de la historia del equipo olímpico de remo en la modalidad de Ocho con timonel que representó a los Estados Unidos en los JJ.OO. de Berlín de 1936. Se trataba de un equipo universitario de Seattle, en el Estado de Washington. Lo formaban unos alumnos de primer curso que practicaban en el Lago Washington, y que bajo la batuta del entrenador Al Ulbrickson (Joel Edgerton) comenzó a dar unos resultados sorprendentes.
Dentro del género deportivo, este largometraje no aporta grandes novedades respecto a lo que hemos visto en tantas películas, basadas en hechos reales o no. Una de las últimas estrenadas con muchos puntos en común con esta fue Doce huérfanos (T. Roberts, 2021). Sin embargo, esta falta de originalidad no significa que no sea una película recomendable, sobre todo para un público familiar. La trama se nos presenta en forma de un gran flashback que representa los recuerdos que tiene el anciano Joe Rantz (Ian McElhinney) mientras entrena a su nieto en el deporte del remo.
Con sus recuerdos nos trasladamos a los años treinta, en los que un pobre y abandonado Joe Rantz (Callum Turner), que malvive en un viejo camión, consigue una beca para entrar en la Universidad de Washington. Este personaje es el que nos va a hacer de cicerone por el viaje que llevará a un equipo universitario recién formado por alumnos novatos hasta los Juegos Olímpicos, a pesar de la oposición de los más altos responsables del deporte norteamericano. El equipo pasará por competiciones regionales y nacionales hasta llegar a un Berlín en el que la Alemania de Hitler quiere demostrar su superioridad ante el mundo entero.
El guion nos ofrece algunos secundarios que están entre lo mejor del filme, como el citado entrenador, un hombre que se juega su carrera por la fe en cada uno de los chicos, o el alumno Don Hume (Jack Mulhern), un chico retraído y con problemas de salud, que será decisivo en el desarrollo del equipo. También es interesante George (Peter Guinness), el anciano que repara las canoas, que es fuente permanente de sabiduría, experiencia y buenos consejos: «Joe, tu padre te abandonó, lo único que conoces es abandonar, pero tú no eres como él». Porque sin duda es Joe el que arrastra un pasado más determinante, marcado por ese abandono y por una vida de soledad y pobreza.
Tampoco faltan las tramas románticas y por supuesto, escenas deportivas maravillosamente rodadas. Hay toques demasiado vistos, como el tono caricaturesco de Hitler o algunas frases engoladas, pero el resultado funciona y entretiene, envuelto en una fotografía espléndida -a veces demasiado oscura-. También le sobra un poco ese aire de película patriotera y yanqui, que ya resulta cansino. Pero el mensaje de compañerismo y unidad es sin duda lo más contundente.