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Óscar Díaz y Moisés Laguardia, durante un duelo reciente en PasapalabraAntena 3

Televisión

El momento más peligroso para caer eliminado en Pasapalabra y que ahora deben evitar Óscar y Moisés

Los responsables del programa detectaron hace tiempo un factor de riesgo que provocaba la eliminación de muchos concursantes

Antes de disfrutar de grandes y repetidos duelos de Pasapalabra como los que protagonizaron durante meses Orestes y Rafa Castaño, ganador del bote de 2.272.000 euros, o el que ahora libran cada tarde Óscar y Moisés –ya recuperado de su problema de salud tras varios días de ausencia–, el concursante que perdía en El Rosco se marchaba para casa sin tener la opción de pasar por La Silla Azul. Y, en no pocas ocasiones, eso ocurría inmediatamente después de cuajar una gran actuación en el programa anterior.

«Durante esa época, cuando un participante se quedaba a una sola palabra de ganar el bote, temíamos que, en su siguiente intervención, sufriera lo que denominábamos el síndrome del día después», explica Miguel Aparicio, director del programa, en El gran libro de Pasapalabra (Editorial Planeta). De rozar el bote con la punta de la lengua, más que de los dedos, a abandonar Pasapalabra en el siguiente día de emisión pero –la mayoría de las veces– en una misma jornada dado que en un día se graban tres programas de Pasapalabra.

El detalle es importante porque entre el momento en el que un concursante se ha quedado a un solo acierto de llevarse el bote y su participación en el siguiente rosco no ha transcurrido en realidad un día, como el tiempo entre la emisión de un programa de Pasapalabra y el siguiente (o tres días en el caso de los viernes, con el fin de semana de por medio, hasta el lunes), sino apenas un par de horas.

El factor mental juega un papel decisivo en un concurso como Pasapalabra y dar vueltas a un fallo, o pensar en lo cerca que se ha estado del bote, afecta al rendimiento posterior hasta el punto de que puede suponer el adiós del concursante al programa, como señala Miguel Aparicio, que apunta otra posible explicación a este fenómeno: el exceso de confianza.

«El concursante experimentaba un bajón que repercutía en su rendimiento, no sabemos si por exceso de confianza o por el desánimo de haber estado tan cerca de ganar y no haberlo logrado, y perdía ante su rival, lo que suponía el fin de su periplo en el concurso», afirma el director del programa, que en El gran libro de Pasapalabra también ofrece un consejo que no es solo aplicable al concurso. «El mensaje es claro: para enfrentarse a cualquier reto es importante saber olvidar tanto las hazañas como las derrotas pasadas, y estar plenamente centrado en el momento presente», sentencia.