'Perugino: el Renacimiento eterno', el documental que hace justicia al pintor que cambió la historia del arte
El artista que inspiró a Rafael pasó de ser el mejor de su época a un pintor casi olvidado. El documental indaga, 500 años después de la muerte de Perugino, en las causas
La imagen que abre Perugino: el Renacimiento eterno, el largometraje documental dirigido por Giovanni Piscaglia que conmemora los 500 años de la muerte del pintor, es la de un paisaje. Uno, a modo de lienzo en movimiento, en el que la luz solar se abre paso entre las nubes para encontrar reflejo en el agua de un lago. «Los paisajes de la tierra natal pueden clavarse para siempre en la mente de un hombre e inspirar toda una vida», nos dice una voz en off antes de descubrirnos a qué lugar pertenece ese paisaje.
Estamos en Umbría, a orillas del lago Trasimeno, el punto donde comenzó y terminó la vida de Pietro Vanucci, El Perugino. «Pensando en estos lugares, con su mano de pintor, creó imágenes de una armonía y belleza que cambiaron la historia del arte», prosigue la voz, que corresponde al actor italiano Marco Bocci, que nos guía a un tiempo por la vida y la obra del artista que inspiró a Rafael. Las aguas del lago Trasimeno, espejo de aguas tranquilas, bañaron con frecuencia los cuadros de Perugino, el pintor que convirtió el paisaje no en fondo, sino en forma con protagonismo de sus obras. El actor nos recuerda, paseando a orillas del Trasimeno, que Perugino era el pintor más solicitado de Italia entre finales del siglo XV y comienzos del XVI; que su pintura dota al Renacimiento de un equilibrio perfecto; y que el suyo es un arte acogedor, de colores vivos, que habla directamente a quien lo observa para emocionarnos y conmovernos.
Diferentes expertos nos van adentrando en las claves de su pintura y, con ella, en su vida. Pronto nos sumergimos en la Galería Nacional de Umbría, «el lugar que celebra el vínculo indisoluble de Pietro Vanucci con su tierra», situada en el Palazzo dei Priori, en el centro de Perugia, y que concentra la mayor cantidad de obras del artista en todo el mundo. Entre ellas, La Adoración de los Magos.
Es en su interior donde Marco Bocci nos recuerda cómo, después de convertirse en el mejor pintor de su época, Perugino pasó a ser «un pintor olvidado, incomprendido y desacreditado». Nuestro guía apunta varios motivos. Uno llamado Rafael, el alumno que superó al maestro hasta alcanzar la perfección. Otro, la irrupción de una generación de jóvenes pintores llena de talento en la primera parte del siglo XVI. Y, finalmente, un libro: Las vidas, de Giorgio Vasari, entregado a la merecida alabanza a Da Vinci, Rafael y Miguel Ángel, pero también al injusto descrédito a Perugino por medio de relatos contra él inventados por el considerado como primer gran biógrafo del arte.
Perugino: el Renacimiento eterno se esfuerza, en una sobria pero envolvente lección de una hora y 20 minutos, en reparar ese daño que ha arrastrado durante siglos el recuerdo del pintor y en reivindicar la trascendencia de su figura en la Historia del Arte. El documental será subjetivo, pero no oculta en ningún momento su propósito. Es honesto, el mismo término que utiliza Marco Pierini, el director de la Galería Nacional de Umbría, para definir a Perugino como retratista al comentar uno de sus pocos retratos de autoría confirmada: el de Francesco delle Opere que custodia la maravillosa Galería de los Uffizi. Son precisamente los retratos uno de los parecidos entre Perugino y Rafael, que coincidieron en estilo, temas y clientes, hasta el punto de que las dudas sobre la autoría de algunos de sus retratos no se han despejado, no se han disipado, con el paso del tiempo.
La película documental que este lunes 17 de junio se estrena en los cines de la mano de A Contracorriente Films nos cuenta cómo Perugino murió con el pincel en la mano para encontrarse con su paisaje. «Es en Umbría donde aflora su verdad, el origen de su fortuna, y quizá el motivo de que cayera en el olvido», reflexiona Marco Bocci antes de impartirnos una última lección. «No es fácil describir la grandeza de Perugino. Para muchos es un pintor aburrido y repetitivo. Pero si contemplamos atentamente una obra de Perugino, nos hechiza por la claridad de su composición, por la calidad de su pintura». Vasari, en el fondo, y a pesar de las formas, no se salió del todo con la suya.