Para Micky Ward (Mark Wahlberg), el boxeo es un asunto familiar. Su dura madre es su mánager. Su hermanastro, Dicky (Christian Bale), que en su día fue un boxeador prometedor, es su poco fiable entrenador. A pesar del duro trabajo de Micky, no para de fracasar y, cuando el último combate casi le hace perder la vida, sigue el consejo de su novia y se separa de la problemática familia. Es entonces cuando Micky se convierte en aspirante al título mundial y él y su familia, por reconciliarse, se ganan una oportunidad de redención.