Cine
La película perdida de James Dean y John Wayne
El futuro de Dean como actor de Hollywood era prometedor, pero falleció en un accidente automovilístico a los 24 años
El actor estadounidense James Dean (1931-1955), en sus 24 años de vida logró construir una prometedora carrera para sí mismo en el mundo del cine. Debutó en la industria con Al este del Edén (1955) y continuó construyendo su legado con Rebelde sin causa (1955). Dean fue un auténtico icono masculino en los años 50 y las producciones en las que participó acentuaron su talento, aun tras su prematura muerte.
El éxito de Dean en Hollywood llegó cuando el también actor John Wayne (1907-1979) mantenía una reputación muy similar. Wayne, más experimentado que Dean a principios de la década, era popular por haber protagonizado los western Jinetes del destino (1933) y Río Rojo (1948). Su principal potencial competidor y compañero de profesión, Clint Eastwood (1930), quien por entonces ya había rodado Látigo (1951) y la película de los Dólares (1964), también mantenía una célebre reputación. La llegada del jovencísimo y atractivo James Dean pudo amenazar las carreras de ambos y, de no ser por la drástica muerte de este último, probablemente el Hollywood icon se hubiese hecho más célebre.
Antes del accidente, Dean había participado en el elenco de Trouble Along The Way (1953). A pesar de fuertes rumores respaldados por la productora Emily Bennet, esta es la única producción que demuestra que Wayn y Dean trabajaron juntos en una película. La historia trata sobre la llegada de un nuevo entrenador de fútbol americano a una escuela católica, pero entre que utiliza planes de entrenamiento poco ortodoxos mientras trata de recuperar la custodia de su hija cuesta creer que su objetivo sea restaurar el respeto del deporte.
Justo antes de perder la vida en la carretera a bordo de su precioso plateado Porsche Spyder, James Dean terminó de rodar Gigante (1956), o Giant en inglés. Podríamos vulgarmente tratar este timing de una espectacular salvada de culo para el director George Stevens, quien logró la estatuilla dorada por Mejor Director por este largometraje nominado a 10 premios Oscar. Inusualmente, Dean fue nominado a mejor actor, aun tras su muerte.
Es complicado determinar el hipotético futuro de James Dean como intérprete, pero sin duda la popularidad que mantiene por el breve tiempo que pudo dedicarle a la gran pantalla es admirable. Has Anybody Seen My Gal? (1952) y A Bayoneta Calada (1951) son más exitosas películas en las cuales James Dean ha colaborado.