Historias de película
El motivo por el que Coppola odia las películas de Hitchcock
Dos cineastas venerados que, sin embargo, no sentían admiración alguna por el otro
El thriller no sería lo que es a día de hoy sin Alfred Hitchcock. El consagrado director apodado como el maestro del suspense comenzó su carrera cinematográfica en el cine mudo con títulos como El jardín del placer. Aunque se movió durante años por géneros como la comedia y el romance, su amor por la intriga y la acción se mostró casi desde el principio y El inquilino fue su primera aproximación al género.
Después ya vendrían éxitos como Asesinato, Mary, Los 39 escalones o El hombre que sabía demasiado, en los que la transición al cine sonoro le vino muy bien. Le siguieron películas como Sabotaje, Alarma en el expreso, Rebecca o Jamaica Inn, que demostraron que era un auténtico pionero. A medida que avanzaba su carrera, sus obras se volvieron más experimentales, y por ende, más exitosas. El mejor ejemplo de todas ellas es Vértigo, que contiene, entre otras bondades, una de las primeras animaciones creadas por ordenador, así como una iluminación lúcida y colorida que la convirtió en un puro festín visual.
Por no hablar de Psicosis, Con la muerte en los talones, Marnie, la ladrona o Los pájaros. Lo cierto es que gusten o no sus películas, es difícil negar su enorme influencia. El cineasta británico no solo tuvo un impacto masivo en Hollywood, sino que también inspiró a cineastas extranjeros, ejerciendo un dominioparticular sobre la Nouvelle Vague.
Son muchos los cineastas que, desde entonces, han declarado su admiración por Hitchcock. Steven Spielberg (aunque no correspondido), François Truffaut, Sam Raimi y Brian De Palma, entre ellos. Sin embargo, Francis Ford Coppola, uno de los más grandes cineastas de su generación, no está tan convencido de su brillantez. El director de El Padrino reconoce su legado, pero siente que el director de Psicosis encaró el cine de una manera muy diferente a cómo debería haberlo hecho.
«Cualquiera que pretenda hacer una película en el género de suspense tiene que estudiar a Hitchcock. Él lo inventó», explicó en Scraps From The Loft. Él mismo lo hizo cuando quiso rodar La conversación, película en la que un detective de reconocido prestigio es contratado por un magnate para investigar a su joven esposa, que mantiene una relación con uno de sus empleados. «Sentí, desde el principio, que tenía que ser una especie de película de terror hitchcockiana», reconoció. «Así que revisé su filmografía y traté de entender por qué funcionan tan bien».
Sin embargo, fue entonces cuando el mito del cineasta acabó para él. «Me di cuenta de que no tenía mucho en común. Creo que mi enfoque era muy diferente.Hitchcock parece estar casi exclusivamente interesado en el diseño y producción de sus películas. A mí me interesan mucho más las interpretaciones», sentenció.
Y, aunque es cierto que sus filmes han ofrecido algunas actuaciones memorables como la Janet Leigh, James Stewart y Anthony Perkins, no son tan veneradas como las de Marlon Brando en El Padrino. «No me gustan la mayoría de las películas de Hitchcock porque están terriblemente interpretadas. Mis únicos títulos favoritos son Falso culpable y Extraños en un tren», afirmó. «Son los únicos en las que hay una buena interpretación».