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Daniel Craig, en un fotograma de 'Casino Royale'

Cine

Los cinco mejores cócteles de la historia del cine

A veces los personajes se convierten en barman que dan lugar a bebidas icónicas

¿James Bond sin su martini? ¿El gran Lebowski sin su ruso blanco? Parece impensable. Nunca veremos en los premios Oscar una categoría a la «mejor bebida», pero los cócteles juegan un papel importante en las películas, sirviendo como accesorios, símbolos y reflejos de lo que sucede en cada escena. Aunque podríamos haber incluido a Holly Golightly con su White Angel, a Carrie Bradshaw con su Cosmopolitan o a Fredo y Michael Corleone con su Banana Daiquiri, hay cinco elixires que destacan sobre todos ellos.

Vodka Martini (saga James Bond)

Incluso si nunca has pedido un martini, es probable que, gracias a James Bond, conozcas la frase con la que deberías hacerlo. Su consumo de un martini «agitado, no mezclado» consolidó a este cóctel que apareció por primera vez en El doctor No y adquirió estatus de bebida de culto cuando Sean Connery lo pidió de la misma manera en Goldfinger.

Muchos argumentarían que esto diluye mucho el cóctel, y es una elección bastante inusual. No obstante, dada la temperatura fría y la velocidad con la que Bond consume la bebida, también sirve como un recurso para impulsar la trama: la construcción del personaje del agente secreto con una inclinación por la bebida.

El uso de vodka, en lugar de ginebra, también supone una ruptura con la tradición. Antes, esta bebida se asociaba más comúnmente con la cultura rusa, pero también encaja bien con la naturaleza fría y directa del personaje.

Vesper Martini (James Bond, de nuevo)

Aunque James Bond pide su particular martini «agitado, no mezclado» innumerables veces, también tiene un cóctel exclusivo que fue inventado específicamente para él.

El martini Vesper, creado por el autor Ian Fleming para su protagonista, se menciona por primera vez en la novela de 1953, Casino Royale. Se describe con gran detalle y se dice que contiene tres partes de ginebra Gordon's, una parte de vodka y media medida de Kina Lillet. La bebida, que recibe su nombre en honor a la chica Bond Vesper Lynd, se agita y se sirve con una rodaja de limón.

La novela se publicó incluso antes que Dr. No, aunque la película se estrenó en 2006. A estas alturas, James Bond ya había dejado su marca como caballero británico de estilo y sofisticación, y la aparición de su propio martini no hizo más que confirmar este estatus.

Manhattan ('Con faldas y a lo loco')

Marilyn Monroe llevó a cabo actos icónicos durante su corta pero legendaria carrera que la llevaron a convertirse en una de las estrellas más populares e intemporales de Hollywood, siendo el humilde Manhattan solo una de ellas.

Como telón de fondo de una escena particularmente memorable de la comedia clásica de Billy Wilder, la actriz abre una botella de bourbon prohibido antes de que el descubrimiento de un poco de vermut le lleve a crear la famosa combinación de bebidas. Aunque el Manhattan tiene su origen a finales del siglo XIX, nunca lució tan glamuroso y seductor como cuando lo preparó la icónica actriz.

Ruso blanco ('El gran Lebowski')

El ruso blanco o white russian es una variante del coctel black Russian, que nació en la época de la guerra fría en honor a la embajadora estadounidense Pearl Mesta. Su versión blanca, a la que se le incorpora una parte de nata a la mezcla de vodka y licor café, se hizo extremadamente popular gracias a la película El gran Lebowski y su protagonista, El Nota, que lo convierte en un símbolo de su propia personalidad. Tras el estreno de la película hizo que sus ventas se dispararan y, a día de hoy, es un emblema de la cultura pop y Jeff Bridges.

French 75 ('Casablanca')

Teniendo en cuenta que Humphrey Bogart era su protagonista, era lógico pensar que Casablanca tuviese cantidades ingentes de alcohol. Más aún cuando este interpreta a Rick Blaine, el propietario de Rick's Café Américain, un popular club de la ciudad marroquí.

De todos los cócteles que uno podría pedir allí, quizás el más conocido es el French 75. Esta bebida, que debe su nombre a un cañón de artillería, tiene orígenes bélicos que no se reflejan en su facilidad de trago; la combinación de coñac, champán, ginebra y cítricos la convierte en una fiesta sencilla pero muy efectiva para el paladar.