Netflix y 'Emily in Paris' cogen el relevo en el verano de oro de la promoción de París
La cuarta temporada de la exitosa serie Emily in Paris renueva un agosto histórico en la promoción global de la capital francesa, que se afianza como destino aspiracional para la Generación Z
El París de la joven estrella de Netflix, Emily Ashley Park, ese Paris idílico, sin ratas y sin personas sin hogar que duermen junto a las marquesinas que anuncian champagne, vuelve este jueves 15 de agosto a las pantallas. Es la cuarta temporada de Emily in Paris, una serie criticada por muchas cosas, desde su mediocre calidad a sus innumerables clichés, pero que ha sabido enganchar perfectamente con un joven público global. Ahí están sus excelentes datos de audiencia de las tres temporadas anteriores, especialmente en Europa y Estados Unidos. Según la fuente especializada Parrot Analytics, la serie registra una demanda de audiencia 7,7 veces superior a la demanda de la media de las series de televisión en EE.UU.
Con independencia de su calidad, banalidad y datos de audiencia, lo que en absoluto pasa desapercibido es la influencia de la serie en el posicionamiento de París como destino aspiracional ligado a la moda y al romanticismo, al glamour y a la diversión con un toque de refinamiento chic. Y todas las implicaciones que eso conlleva para el turismo y el made in France, elementos que también se han tenido muy en cuenta al planificar los Juegos Olímpicos. Emily coge el relevo con un timing perfecto, justo cuanto terminan los Juegos de la XXXIIII Olimpiada en el verano de oro de la promoción de la capital francesa, juegos que han convertido a los majestuosos escenarios de París en un extraordinario set de rodaje de un evento de masas. Solo en Estados Unidos, una media de 35 millones de personas ha seguido los Juegos, lo que significa un 75 % más que la cita de Tokio.
Y como escribe The Economist, han sido unos juegos más napoleónicos que faraónicos. No han dejado elefantes blancos, esos animales que los reyes tailandeses regalaban a sus enemigos con el objetivo de llevarlos a la ruina, pues era un animal costoso y caro de mantener que no producía nada. De ahí viene la expresión que hoy se aplica a las instalaciones, generalmente deportivas, que requieren una alta inversión inicial y pasan a estar en desuso. París no solo no ha dejado elefantes blancos, sino que ha sido el mejor desfile que uno pueda imaginar de los construcciones y edificios de otras épocas, desde el Gran Palais a la Torre Eiffel, desde el Arco del Triunfo al Louvre.
La cuarta temporada de 'Emily in Paris'
Y tras la conclusión de los Juegos, y hasta que comiencen el próximo día 28 los Juegos Paralímpicos, que volverán a traer a nuestras pantallas estos majestuosos escenarios, nos queda Emily. La cuarta temporada de Emily in Paris se divide en dos partes. Una ha comenzado este 15 de agosto y la otra en la conclusión de los Paralímpicos, el 12 de septiembre. Todo está pensado, hasta las imágenes promocionales con la actriz protagonista en París durante los Juegos y en Los Ángeles cuando llegó la bandera de los cinco aros.
Como en las tres temporadas anteriores veremos a la actriz Lily Collins, hija del músico Phil Collins, hacerse selfies en sus lugares preferidos, incluida, por su puesto la Torre Eiffel. Las novedades de esta temporada llevan a Collins por primera vez a Roland Garros, que ya hemos visto en los olímpicos y también veremos en los Paralímpicos, donde tratará de emular a Nadal y disputará un partido de tenis en la tierra batida más célebre del mundo. También se estrena en la serie el espectacular Museo Baccarat, que exhibe una magnífica colección de piezas del fabricante de cristal de Lorena, uno de los más célebres del mundo, que cambió de emplazamiento hace unos años para ubicarse en un céntrico palacete redecorado por Philippe Starck. Si la protagonista salía de París en anteriores ediciones para ir a sitios glamurosos como la Costa Azul, esta edición vivirá su particular versión de Vacaciones en Roma. Pero antes de viajar a Italia pasará un día inolvidable en Giverny, situado a una hora y media de París, donde se ubica la casa y los jardines de Claude Monet, en donde pintó los nenúfares más célebres de la historia del arte. Nada se deja al azar, pues se cumple ahora el 150 aniversario de la primera exposición impresionista, considerado el nacimiento de este movimiento pictórico.
Y nada dejaron al azar los numerosos agentes de viaje y concierges que han atendido estos días en París a las adineradas familias no solo de Estados Unidos que han acudido a los Juegos. Mientras el progenitor acudía al baloncesto o a la natación, las adolescentes emulaban a Emily. Los tours Tras los pasos de Emiliy en París se han convertido en tremendamente populares y el poder de la serie es incuestionable, convirtiéndose en un paradigma de éxito del llamado turismo cinematográfico. «Puede haber clichés, sí, pero no hay duda de que da una imagen muy positiva de París», comenta a El Debate un residente local acostumbrado a las numerosas turistas que se hacen selfies en la muy chic Place de Valois, al lado del Louvre y del Palais Royal, donde la protagonista norteamericana se encuentra con su amiga Mindy, y convertido ya en lugar de culto, como el Atelier des Lumières, el legendario Café de Flore, los Jardines del Palacio Real, el mítico restaurante Le Grand Véfour y tanto otros lugares resucitados ahora para los más jóvenes por la varita mágica de Emily.