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Chicote durante el programa Pesadilla en la Cocina

Platos rotos, gritos e insultos en 'Pesadilla en la cocina´ de Chicote: «Me va a dar un infarto»

Los dueños del local admitieron haber invertido 28.000 euros en el mismo

Alberto Chicote apareció con su Pesadilla en la cocina en La Taberna de Danka, un restaurante de Fuenlabrada, que decía ofrecer el «mejor cachopo». Regentado por una pareja rumana, Dani y Anka, amantes de las tierras asturianas, que estaban al borde de un ataque de nervios.

No funcionaba nada. Alberto Chicote entra en el local y se sorprende al oír gritos procedentes de la cocina. Anka, novia de Dani, dejó la moda por amor. Dani responde y el cocinero Abdel y su ayudante David creen que les desprecian. La cocina es un caos. Chicote ve cómo vuelan platos, caen al suelo patatas, calamares… un desastre. No hay organización.

Aquí, dice Chicote ¿quién organiza? Y los dos dueños, responden al unísono: «Yo estoy en todo». Y comienzan a llegar comensales. Las comandas son infernales. Anka es caótica. Y los comensales se desesperan. La cocina no funciona. Chicote ve una ración de alitas de pollo y exclama: «estas alitas parecen los cañones de Navarone», mientras al ayudante le caen varias sartenes encima.

«El desastre -exclama el chef- se escribe con mayúsculas así de grandes». La situación es muy tensa. Abdel, cansado de los gritos, se va a la calle. «Vete a tu casa si no sabes hacer un entrecot», le grita Anka. Chicote lo ve muy complicado: «Con salir vivo de aquí me doy con un canto en los dientes». Reúne a los cuatro y les advierte: «Es todo loco. Me lo cuentan y no me lo creo, no hay orden. Parece como si os estuvieseis riendo de mí». Nadie sabe quién manda, nadie sabe su responsabilidad”. La última trifulca se produce entre Dani y el cocinero, Abdel. El propietario coge por el cuello a Abdel y se inicia un enfrentamiento que Chicote frena. «Me va a dar un infarto».

Chicote, reúne a Dani y Anka. Están nerviosos, casi desesperados. Han abierto cinco negocios y no han ganado nada. Y La Taberna de Danka es su última oportunidad: «Invertí -dice- 28.000 euros en este local y en la cuenta... hay ocho céntimos», grita Anka, entre lágrimas. Y se desploma cuando ve fotos antiguas y en una de ellas aparece seria: «Estuve embarazada…». No puede seguir hablando. Y Dani añade… «perdimos el niño, creo que por el estrés que vivíamos diariamente».

Alberto Chicote sentencia: «No se puede entrar en un negocio a ver lo qué pasa…y menos cuando esa forma de hacer las cosas ya te ha llevado a cerrar varios locales. Fuisteis felices y hay que volver a serlo».

El equipo de Pesadilla en la cocina decide un cambio total en el restaurante. El nuevo nombre será Taberna Danka. La fachada, la barra, el mobiliario, la cocina… todo es nuevo. Chicote ha aleccionado a los cuatro protagonistas: «La mejor manera no es trabajar más, si no mejor».

Con una carta nueva y dos tipos de cachopo (el que probó Chicote el primer día no era el mejor de Fuenlabrada); con una organización mejor, la Taberna de Anka sigue trabajando en la actualidad. Dani, Anka, Abdel y David han formado un equipo sólido, sin gritos, y organizado.