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Lauren Bacall, en un retrato de 1948

Lauren Bacall, en un retrato de 1948GTRES

Historias de película

Lauren Bacall, la mirada felina que conquistó a Hollywood y a Humphrey Bogart, pero no a los Oscar

Este 16 de septiembre se cumple el centenario del nacimiento de Lauren Bacall, una de las reinas indiscutibles de Hollywood

Nacida en la bulliciosa Nueva York el 16 de septiembre de 1924, Lauren Bacall no solo conquistó las pantallas, sino también los corazones con su inimitable estilo y carisma. Originalmente conocida como Betty Joan Perske, Lauren Bacall (el segundo apellido de su madre) emergió de las calles del Bronx como una joya con nombre artístico que sonaba tan elegante como su figura en la pantalla. Tras trabajar en el cine como acomodadora y posar para algunas sesiones de moda, Bacall decidió que quería ser actriz. Se inscribió en la American Academy of Dramatic Arts, donde el cambio de nombre fue casi tan importante como el cambio de carrera.

Su gran oportunidad llegó cuando Howard Hawks quedó fascinado con su portada en Harper’s Bazaar. A pesar de su nerviosismo y una voz un tanto nasal, Hawks vio algo en ella que otros no. Después de un ajuste a su tono de voz, Bacall se convirtió en una estrella de Broadway, y su camino al estrellato cinematográfico estaba pavimentado.

En 1944, el cine negro se convirtió en su reino gracias a películas como Tener y no tener y El sueño eterno, donde su mirada penetrante y su inconfundible frase «si me necesitas, silba» la hicieron inmortal. Con Humphrey Bogart a su lado, no solo encontró su lugar en Hollywood, sino también a su compañero de vida.

Lauren Bacall y Humphrey Bogart

Lauren Bacall y Humphrey BogartGTRES

A medida que la fama la rodeaba, Bacall no se conformó con cualquier papel. Participó en comedias de alto vuelo como Cómo casarse con un millonario y dramas intensos como Escrito sobre el viento. Su habilidad para elegir proyectos de calidad le permitió brillar en la pantalla grande en numerosos títulos y durante varias décadas: Cayo Largo, La pícara soltera, Harper, investigador privado, Mi desconfiada esposa y hasta en un filme con reparto coral como Asesinato en el Orient Express.

Lauren Bacall, junto a Jaqueline Bisset, en Asesinato en el Orient Express

Lauren Bacall, junto a Jaqueline Bisset, en Asesinato en el Orient ExpressGTRES

Lauren Bacall solo fue nominada al Oscar en una ocasión (al final de su carrera, por El amor tiene dos caras, y como mejor actriz de reparto). La Academia de Hollywood le otorgó el Oscar honorífico en 2010 como reconocimiento «a su lugar central en la edad de oro del cine».

En su vida personal, Lauren Bacall navegó por matrimonios con Humphrey Bogart y Jason Robards, y crio a sus hijos mientras mantenía su estatus como una leyenda del cine.

Los dramas amorosos de Lauren Bacall

En el glamuroso mundo de Hollywood, donde los matrimonios son tan fugaces como las estrellas en el firmamento, Lauren Bacall protagonizó una historia de amor que brilló con luz propia. Todo comenzó en el set de Tener y no tener (1944), donde Bacall, una estrella en ciernes, cruzó caminos con el ya consolidado Humphrey Bogart. A pesar de que Bogart era 25 años mayor y llevaba en sus ojos el peso de una carrera cinematográfica impresionante, la chispa entre ellos fue tan intensa que encendió el telón de la vida real. Se casaron en 1945, y la suya se convirtió en una de las historias de amor más legendarias del cine.

Juntos, no solo rodaron películas memorables como La senda tenebrosa (1947) y Cayo Largo (1948), sino que también se convirtieron en la pareja dorada de Hollywood, una mezcla explosiva de glamour y compromiso. Compartieron más que el amor por el cine; también se unieron en su lucha contra la caza de brujas del senador McCarthy, defendiendo la libertad de expresión con la misma pasión con la que enfrentaban sus papeles en pantalla.

Humphrey Bogart y Lauren Bacall

Humphrey Bogart y Lauren BacallGTRES

Sin embargo, la vida real no siempre sigue el guion perfecto. La diferencia de edad y las exigencias de sus respectivas carreras añadieron tensión a su vida amorosa. La tragedia llegó en 1957, cuando Bogart falleció a causa de un cáncer de esófago, dejando a Bacall con dos hijos pequeños a los 32 años, y un vacío que ni el cine ni el amor pudieron llenar. A pesar del dolor, Bacall se convirtió en una madre dedicada, criando a Stephen y Leslie, sus hijos con Bogart. Se dice que en el momento en que él comenzó a enfermar, Bacall estaba iniciando una relación con Frank Sinatra. Sin embargo, decidió regresar para estar a su lado y cuidarlo.

La vida amorosa de Bacall no terminó con Bogart, pero sus siguientes capítulos fueron tan dramáticos como sus películas. Su segundo matrimonio, con el actor Jason Robards, con quien tuvo a su hijo Sam, se convirtió en un torbellino de conflictos. «Jason era otra persona cuando bebía», confesó Bacall con un toque de ironía amarga.

Lo que en un principio parecía un romance con promesas de poesía y canciones se transformó en un campo de batalla. Las peleas se hicieron tan comunes que su amiga Katharine Hepburn le sugirió que el matrimonio no le sentaba bien: «Estás desmejorada y flaca». Tras ocho años de matrimonios y peleas, Bacall puso fin a su tormentoso segundo matrimonio. Después de ese período tumultuoso, Bacall decidió centrarse en su carrera y en sus hijos, dejando el romance en el olvido.

La actriz falleció el 12 de agosto de 2014, tras sufrir un derrame cerebral en su elegante apartamento de The Dakota, en el Upper West Side de Manhattan. La noticia fue confirmada en el Hospital Presbiteriano de Nueva York, y el mundo perdió a una estrella de 89 años que dejó una huella imborrable en la historia del cine.

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