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El crimen real detrás de la serie 'Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez'
Javier Bardem y Chloë Sevigny interpretan a los padres que fueron asesinados por sus hijos en su mansión de Beverly Hills
Las cifras que rodean la miniserie El caso Asunta reflejan un fenómeno global: el true crime ha capturado la atención del público de manera universal. La gente está ansiosa por adentrarse en la dramatización de crímenes reales, y la demanda de este tipo de contenido sigue creciendo en todo el mundo. El caso de Asunta no es el único que despierta interés, ni siquiera es el más famoso.
La atracción hacia los criminales estadounidenses ha existido siempre, y ahora llega Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez a Netflix. Esta serie, protagonizada por Nicholas Chavez y Cooper Koch, relata la historia de estos hermanos condenados en 1996 por el brutal asesinato de sus padres en 1989.
En el elenco también se encuentra Javier Bardem, quien interpreta al magnate del espectáculo José Menéndez, y Chloë Sevigny, en el papel de su esposa, Mary Louise «Kitty» Menéndez. Dirigida por Ryan Murphy, conocido por American Horror Story y Feud, la serie plantea una profunda reflexión sobre quiénes fueron realmente los «monstruos» en este caso que impactó a toda una nación.
Con diez episodios, la trama examina si Lyle y Erik eran fríos asesinos en busca de la herencia familiar, como alegaba la acusación, o si, por el contrario, eran víctimas de una vida marcada por abusos emocionales y sexuales por parte de sus padres, una defensa que los hermanos han mantenido a lo largo de los años. Pero, ¿qué ocurrió hace 35 años?
La noche del 20 de agosto de 1989, Lyle y Erik, de 21 y 18 años respectivamente, entraron en el estudio de su lujosa mansión en Beverly Hills, armados con escopetas del calibre 12, y dispararon a sus padres un total de 14 veces. La violencia de los crímenes fue tal que inicialmente la Policía consideró la posibilidad de que la mafia estuviera involucrada.
Seis meses después del asesinato, las autoridades recibieron un soplo inesperado de Judalon Smyth, la amante del psicólogo de Erik, Jerome Oziel, quien en la serie de Netflix es interpretada por Leslie Grossman. Judalon reveló a la Policía que Erik había confesado los crímenes durante sus sesiones de terapia y que existían grabaciones de estas conversaciones. Así, en marzo de 1990, los hermanos fueron arrestados y comenzó una larga batalla legal sobre si estas grabaciones eran admisibles como prueba. En agosto de 1992, el Tribunal Supremo de California decidió que la mayoría de las cintas podían ser utilizadas, excepto aquella en la que Erik relataba los asesinatos.
El juicio se convirtió en un fenómeno mediático. Court TV (actualmente TruTV), una cadena que había comenzado dos años antes, ofrecía cobertura en directo de los juicios y análisis de expertos, lo que convirtió el proceso en un espectáculo similar a un reality show. «El primer juicio de Erik y Lyle Menéndez fue una telenovela envuelta en un psicodrama», anotó Los Angeles Times, reflejando la locura mediática que rodeó el caso.
El 20 de marzo de 1996, ambos fueron hallados culpables de dos cargos de asesinato en primer grado y conspiración para matar. En julio, se les impuso una pena de múltiples cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional. Ambos siguen vivos y han declarado que aceptan pasar el resto de sus días en prisión.
Lyle se casó con una amiga por correspondencia, mientras que Erik celebró su boda primero por teléfono y luego en la sala de espera de la cárcel. Después de años en diferentes instituciones, los hermanos se reunieron en 2018 en el centro penitenciario Richard J. Donovan en San Diego. Recientemente, se descubrió una carta que Erik había enviado a un primo en enero de 1989, donde supuestamente se describían los abusos sexuales que sufría a manos de su padre. Esto ha llevado a sus abogados a solicitar un habeas corpus al Tribunal Superior de Los Ángeles, buscando un nuevo juicio.