'La bola de cristal', el programa de TVE que criticaba al gobierno del PSOE y que ahora no se podría emitir

En 1984, una joven Radio Televisión Española que no contaba aún treinta años de historia, llevaba ya una década dedicando parte de su plantilla y su talento a la programación infantil de donde salieron algunas joyas de nuestros recuerdos como Los Chiripitifláuticos, La cometa blanca, La mansión de los Plaff, Sabadabadá, El libro gordo de Petete o el famosísimo El gran circo de TVE. Programas entretenidos con canciones, familias, concursos, niños, aventuras y personajes entrañables que gozaron de éxito y reconocimiento. Por eso quizá nadie se esperaba lo que ocurrió el 6 de octubre de aquel año. Y es que, de la mano de la realizadora de televisión Lolo Rico, que había sido guionista años atrás de Un globo, dos globos, tres globos y La casa reloj, se estrenaba un programa que no tendría nada que ver con aquellos. En el que no había niños simpáticos, ni payasos descacharrantes, ni dibujos animados entrañables, ni un personaje fantástico amable. Más bien… todo lo contrario.

La bola de cristal se estrenó hoy hace cuarenta años ante millones de niños españoles que contemplaron, atónitos, un programa con seres extremos, punkies, feos y malignos que, sin embargo, les robaron el corazón. Unos personajes que en la radio televisión de 2024, serían imposibles. Quizá por eso, a muchos ha extrañado que con una RTVE cada vez más politizada con poco espacio para la crítica y las voces discordantes, Televisión Española vaya a emitir doce episodios de La bola de cristal para celebrar su cuarenta aniversario. Y lo hará con cierto boato, no porque lo haya relegado a los martes del late night de La 2, sino porque en el programa irán integrados los testimonios de algunos personajes de la vida social y cultural española que contarán cómo influyó en sus vidas el famoso programa.

El magazín entonces se emitía los sábados por la mañana y, durante hora y media, pasaba por cuatro bloques de contenido enfocado a diferentes edades. También contaba con varios presentadores entre los que destacaba una jovencísima Alaska de 19 años interpretando el tema central del programa, Abracadabra, compuesto por José María Cano, seguida de Javier Gurruchaga, Pedro Reyes, Kiko Veneno, Pablo Carbonell, Santiago Auserón o Loquillo. Parte de su éxito radicaba en que el programa se dirigía a los niños como si fueran adultos y en que mostraba el cambio social por el que transitaba España mediante entornos y personajes menos luminosos y buenistas, más gamberros y transgresores. Más libres, quizá.

Quizá, la sección más recordada del programa sea la que protagonizaban Los Electroduendes en donde la Bruja Truca -inspirada en Alaska-, el Hada Vídeo, Maese Cámara, Maese Sonoro y la Bruja Avería conquistaron el corazón de millones de niños. Era la época de ver la tele en el suelo, de disfrazarse de punkie y de cantar «Si se ríe usted señora, romperá la lavadora. Si se ríe usted señor, romperá el televisor» sin que a nadie le tildaran de machista y gritar «Viva el mal, viva el capital» en la televisión pública sin ningún complejo. Dentro del programa, además, emitían Embrujada, La familia Monster o La Pandilla y espacios dedicados a un público más juvenil como Los conciertos de la bola o el noticiario de Javier Gurruchaga.

Nunca exento de polémica, el principal pero que se le ponía al espacio era la crítica que se hacía en él del Gobierno, los políticos extranjeros y el terrorismo. No en vano, cuando Pilar Miró fue nombrada directora de RTVE en 1987, muchas voces dentro del ente tuvieron claro que el programa tenía los días contados ya que Lolo García y el grupo de guionistas se negaron a dejar de hacer chistes sobre Felipe González y algunos de sus ministros. Sin embargo, Miró logró retirar la sección de los Electroduendes -protagonistas de estos chistes- y, con su marcha, el programa entró en declive. Después de 5 temporadas y 176 episodios, en 1988 La bola de cristal dijo adiós.

Aunque todo apunta a que los doce episodios seleccionados por RTVE serán casualmente muy blancos y poco críticos con el momento sociopolítico de la España de entonces, muchos no podrán evitar ponerse a cantar y bailar al ritmo de la magnética Alaska, su Abracadabrá y la bola de cris, la bola de cris, la bola de cristal…