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Entrevista

Beatriz Luengo: «Están torturando a Maykel Osorbo en la peor cárcel de Cuba y nadie nos ayuda»

La artista dirige Patria y Vida, el documental que ya puede (y debe) verse en los cines sobre la canción homónima que inició el gran movimiento de protesta contra la dictadura en Cuba en 2021

La alegría y el orgullo por el trabajo realizado acompañan a todo director que ve estrenada su película, más aún si se trata de la primera, como es el caso de la multidisciplinar artista Beatriz Luengo con Patria y Vida. El documental que acaba de estrenar en los cines refleja, con admirable coraje, inteligencia y talento, la gestación –una bella palabra con un significado aún más bonito en el documental– de la primera canción capaz de generar todo un movimiento de protesta como el del pueblo cubano en 2021 contra la falta de libertad. Patria y Vida, el documental, detalla con valentía cómo Patria y Vida, la canción, fue premiada con dos Grammy, pero castigada por la dictadura con la cárcel a quienes la escuchan y a quienes, como Maykel Osorbo, la cantan.

Maykel fue injustamente condenado a nueve años de prisión. «Le hacen todo tipo de torturas en la cárcel más chunga de toda Cuba», denuncia Beatriz Luengo en su encuentro con El Debate. Por eso, y por la ausencia de ayudas en su insobornable compromiso (el suyo, el de su marido Yotuel y el de otras personas) con Maykel y su hija, la conversación con Beatriz Luengo desprende un más que justificado orgullo por Patria y Vida, pero no alegría. Solo al final de la entrevista, con su mensaje lleno de vida y esperanza, asoma esa sonrisa que iluminó la televisión hace algo más de 20 años.

–En el programa Plano General hablaba del dolor que le produce hablar de Cuba. ¿Patria y Vida le ha ayudado a canalizar ese dolor o le ha revuelto aún más?

–Todavía está todo muy a flor de piel para mí. Creo que con el tiempo podré canalizarlo de una manera como para comprender si esto me ayudó a entenderlo de otra manera o al menos a que me generara una cierta paz. De momento lo que siento es mucho dolor y la necesidad de no mirar a otro lado, pero no siento más calma, la verdad. Más calma, no.

Patria y Vida es un documental muy valiente. Ha decidido no rehuir las imágenes violentas de la represión en Cuba. ¿Es lo que más le ha costado?

–Así empecé el otro día el preestreno y te lo voy a decir tal cual, porque me salió del alma y es lo que más define la diferencia de este documental con otras cosas. Dije: 'no sé porque otros directores agarran una cámara y se ponen a filmar una historia. En mi caso fue el miedo'. Una persona nos dijo que nos grabáramos para protegernos. Contratamos a un cámara, Anyelo Troya, le alertamos de que todo el rato hiciera copia en un disco duro. Entraron en su casa. Él, muy inteligentemente, dio las copias a su hermano. Entraron en su casa, le quitaron todos los discos duros y la cámara, y le metieron preso. Nosotros abogamos por su libertad durante un mes y le soltaron. Conseguimos mandarle un dinero para que pudiera cruzar. Salió por Nicaragua, cruzó cinco fronteras hasta llegar a Estados Unidos. Yo mando una persona a la frontera a buscar el disco duro, porque a él le tuvieron retenido unos días, y el día que abrí las imágenes en mi ordenador no lo podía creer (Beatriz Luengo se emociona especialmente en este punto). Pensaba que si mi marido hubiera estado en la isla, habría sido él. Y veía el dolor también de la hija de Maykel, que podían ser mis hijos. Era tan injusto pensar que por una canción te hagan todo eso... Tenía dos opciones, pero la de mirar para otro lado nunca ha sido la mía.

–El inicio del documental es muy potente con el audio de Maykel Osorbo grabado clandestinamente desde la cárcel. «Poco a poco están matando las únicas armas que tengo, que son mis palabras», explica. ¿Por qué decidió empezar ahí el documental y, sobre todo, cuáles son las últimas noticias que tienen de Maykel?

–Sabes que a veces la gente ve un contenido y pasa al cabo de unos segundos. Pensaba: 'si esto pasa, que ya hayan visto la voz de Michael diciendo lo que él tenga para decir'. Le dije a Michael: 'preséntate al mundo como si no te conocieran'. Y entonces él me mandó ese mensaje. 'Mi nombre es Maykel Castillo Pérez. Soy rapero y estoy preso. Y están apagando mi voz, mis palabras, que son las únicas armas que tengo y no tengo cómo ver a mi hija'. Tenía claro que lo más importante era la voz de Maykel. Por eso quería empezar por ahí.

Beatriz Luengo, en un momento de la entrevista

Maykel ya lleva dos años preso. Le han puesto una condena de nueve años en un juicio absolutamente injusto porque no le dejaron ni siquiera tener un abogado defensor ni testigos. Está en una cárcel de máxima seguridad, en la cárcel más chunga de toda Cuba. Le hacen todo tipo de torturas que te puedas imaginar (Beatriz Luengo se emociona nuevamente). La última fue sentarle en la celda, con los pies y las manos por fuera, desnudo, con grilletes y las esposas puestas, y le ponen el plato de comida y le tiran la comida al lado para que él trate de agacharse. No llega. Se ríen de él, le echan agua con una manguera, le tienen cuatro días en esa postura. Se duerme en esa postura y todo. Y cuando se las quitan, no puede caminar. Tiene bolas por todo el cuerpo, no sabemos de qué. No logramos que le den asistencia médica. Le hemos conseguido dar una medicación a través de unos doctores que le ayudaron con estas bolas que le han salido por todo el cuerpo y se encontraba mucho mejor. Estaba animado pero también asustado porque no sabe lo que tiene. Con el último envío de medicamentos, el gobierno de Cuba decide retirárselos. Así que esa es la situación de Maykel.

–¿Qué ayuda tienen para todo lo que están haciendo por Maykel? ¿Hay alguien que les esté apoyando?

–No tenemos ayuda. Mis padres me ayudaron a pagar el final de este documental. La ayuda es la voz de la gente. Los youtubers e influencers estamos todos súper unidos, pero Maykel nos dice: 'solo les tengo a ustedes'. Ni siquiera creo que se aboga por la libertad de Maykel como se debería. Y mira que hay gente haciéndolo y les agradezco mucho, pero yo creo que la gente no es consciente de que ese chico se está jugando la vida por la libertad de Cuba y no tenemos ninguna ayuda. He sentido también alguna que otra decepción de fundaciones que tienen nombres que abogan por este tipo de personas y que no nos han prestado la ayuda, porque la ayuda no es frente a la cámara. Todo el mundo quiere estar cuando hacemos un estreno, cuando vamos al Parlamento Europeo, cuando nos recibe la Casa Blanca, cuando ganamos un Grammy... Pero la ayuda de mandar comida a la cárcel a Maykel, medicamentos, de ayudar a sacar a su hija de Cuba, nadie nos la ha dado. Y la hemos pedido, ¿eh?

–En el documental vemos cómo al componer la canción Patria y Vida surgió una vida...

–El día que empezamos a componerla me sentía mal, tenía náuseas. Le dije a Yotuel que fuéramos a comprar una prueba de embarazo Y nada, ese día supe que estaba embarazada de mi niña. Yo siempre le había prometido a mi suegra, que se llama Zoe, que mi niña se iba a llamar como ella porque admiro muchísimo a mi suegra. Después de sacar la canción Patria y Vida, en mis últimas semanas de embarazo me dio por mirar qué significaba Zoe. Y veo que Zoe significa 'vida' en griego. Y dije: 'qué casualidad que el día que componemos una canción que cambia la historia de un país por el simple hecho de cambiar la muerte por la vida, tengo el primer germen de mi niña que se llama Vida también. Cuando veo a mi niña, pienso que algo positivo vendrá en un futuro porque no hay nada que pueda salir de una coincidencia con ella que no tenga que ver con la esperanza, el amor y la vida. Y eso es lo que me mantiene firme.