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Alfred Hitchcock, en una imagen del rodaje de Psicosis

Alfred Hitchcock, en una imagen del rodaje de Psicosis

Cine

La razón por la que Hitchcock rechazó conocer a Spielberg

El maestro del suspense se negó en varias ocasiones a conocer a Spielberg, a pesar de los múltiples intentos del director de Tiburón, quien lo idolatraba profundamente

Cuando hablamos de Alfred Hitchcock estamos hablando de una de las figuras más importantes de la historia del cine. Si se trata de películas de suspense, no hay quien lo supere, con creaciones como Vértigo o Psicosis. Es de esos pocos cineastas que han conseguido traer la década de los 60 a la actualidad y hacer que sus filmes sigan siendo una referencia para muchos directores actuales.

Por eso no es extraño que muchas figuras del mundo del cine tengan a Hitchcock como ídolo y referente. Es el caso de Steven Spielberg, quien siempre ha idolatrado al famoso director y ha manifestado públicamente su admiración hacia él. Sin embargo, a pesar de los múltiples intentos de Spielberg por conocer a Hitchcock, este se negó a que ambos tuvieran un encuentro, y fue por un motivo cuanto menos curioso.

Spielberg ya había conseguido mucho éxito con su película Tiburón y albergaba la esperanza de que Hitchcock le concediera un encuentro. Fue entonces cuando Bruce Dern, amigo de Spielberg y actor que había trabajado bajo las órdenes de Hitchcock en dos ocasiones en Marnie, la ladrona (1964) y La trama (1976), intercedió en nombre de Spielberg.

«Eres su ídolo. Sólo quiere reunirse contigo durante cinco minutos para charlar contigo», le dijo Dern, según revela en sus memorias Things I've Said, but Probably Shouldn't Have: An Unrepentant Memoir. Hitchcock se negó rotundamente diciendo: «Nunca podría sentarme y hablar con él, porque cada vez que lo miro me siento como una puta».

La razón por la que Hitchcock se sentía así es porque Universal le ofreció 1 millón de dólares para que grabase unas frases con el fin de utilizarlas en la atracción de Tiburón en Universal Studios, y Hitchcock accedió. «Lo cogí y lo hice. Soy una prostituta. No puedo sentarme y hablar con el chico que hizo la película del pez. Ni siquiera podría tocarle la mano».

Hitchcock se sentía como un vendido y por eso nunca fue capaz de sentarse y charlar con Spielberg. Para disgusto del director de En busca del arca perdida, Hitchcock falleció en 1980 a la edad de 80 años, esfumándose así el deseo de Spielberg de poder conocerle algún día.

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