Cine
Los cinco directores de cine más odiados
¿Genios incomprendidos o simplemente malos jefes?
En el mundo del cine, la creatividad y la presión por alcanzar la perfección pueden llevar a los directores a cruzar límites y convertir el set en un auténtico campo de batalla. Algunos de los directores más aclamados de la historia son conocidos por su carácter explosivo y sus exigencias extremas, y aunque sus películas muchas veces han pasado a ser obras maestras, los rodajes quedaron marcados por el sufrimiento y desgaste de sus equipos. Como un jefe difícil en cualquier oficina, estos directores han demostrado que, en su búsqueda de excelencia, el respeto y la paciencia pueden quedar en segundo plano.
Los directores complicados de Hollywood suelen argumentar que, para conseguir la perfección, es necesario exprimir al máximo a sus colaboradores. Sin embargo, muchos actores y miembros de los equipos han expresado que trabajar con ellos es una experiencia que deja huella, a veces más negativa que positiva.
David O. Russell, «el jefe insoportable»
En tiempos más recientes, David O. Russell se ha ganado la reputación de ser uno de los directores más difíciles de Hollywood. Conocido por su carácter explosivo, Russell ha protagonizado varias peleas y tensiones en sus rodajes. Durante la filmación de Tres reyes (1999), llegó a un enfrentamiento físico con el actor George Clooney.
Al parecer, Russell maltrataba verbalmente a varios miembros del equipo, y Clooney, al intentar intervenir, acabó en una pelea con el director. Los gritos y los insultos se volvieron tan comunes que el equipo terminó trabajando en un ambiente tenso y estresante. Aunque Russell ha dirigido películas de éxito como El lado bueno de las cosas, su fama de ser un «jefe insoportable» ha sido difícil de superar.
James Cameron, «el tirano del abismo»
James Cameron, conocido por su visión épica y perfeccionismo, también ha tenido momentos de auténtica tiranía en sus rodajes. Abyss (1989) es un buen ejemplo: el rodaje se desarrolló en una piscina gigante bajo el agua, con el equipo y los actores trabajando en condiciones extremas. La presión de Cameron era tan intensa que el equipo llegó a llamarlo «el tirano del abismo», y muchos de sus colaboradores terminaron agotados.
Los actores debían permanecer bajo el agua durante largas horas y lidiar con tanques de oxígeno. Ed Harris, uno de los protagonistas, confesó que terminó llorando después de varias escenas y que nunca perdonaría a Cameron por la experiencia. El resultado fue una película visualmente impactante, pero muchos del equipo se juraron no volver a trabajar con él.
Oliver Stone, el director extenuante
Stone ha abordado temas polémicos como la guerra de Vietnam (Platoon, Nacido el 4 de julio), el capitalismo (Wall Street) y la violencia social (Asesinos natos), creando una obra cargada de crítica y profundidad. Estos temas requieren una autenticidad que Stone intenta extraer de su reparto y equipo a toda costa.
Por ejemplo, en Platoon (1986), Stone sometió a los actores a entrenamiento militar real, con condiciones duras en la selva para que experimentaran lo que vivieron los soldados en Vietnam. Su técnica, aunque efectiva, llevó a los actores al límite de su resistencia física y emocional, y él mismo explicaba que «así era la guerra», y para transmitirlo a la pantalla debían vivir una experiencia cercana. Stone llegó a decir que «a los actores los entrenamos para la guerra real.
El que no obedecía las órdenes de los instructores quedaba fuera del film», creando una dinámica de disciplina implacable. El realismo era clave para él, incluso si esto significaba exigir más de lo que el equipo podía soportar en condiciones normales.
Durante el rodaje de Nacido el 4 de julio (1989), Stone empujó a Tom Cruise a situaciones extremas para lograr la intensidad emocional de su personaje, un veterano de guerra paralizado y traumatizado. Cruise y otros actores han contado cómo Stone los sometió a largas jornadas de filmación con escenas repetitivas y ejercicios extenuantes para lograr una autenticidad inigualable. Aunque esto contribuyó a la intensidad del personaje, dejó a Cruise agotado y con una experiencia de rodaje que describió como «extenuante».
Stanley Kubrick, el torturador emocional
Uno de los ejemplos más notorios de los métodos duros de Kubrick fue el trato que dio a Shelley Duvall durante el rodaje de El resplandor (1980). La famosa escena en la que su personaje grita y llora aterrorizada mientras empuña un bate fue repetida 127 veces, un récord Guinness de mayor número de tomas para una escena de diálogo. Duvall quedó emocionalmente destrozada, sufrió pérdida de cabello por el estrés y llegó a sentirse completamente aislada y manipulada. Kubrick creía que al empujarla al límite, lograría una interpretación más auténtica, pero su enfoque resultó traumático para la actriz, quien describió el rodaje como una experiencia horrible.
En La chaqueta metálica (1987), la presión ejercida por Kubrick afectó a varios actores, pero especialmente a Vincent D'Onofrio, quien interpretaba al recluta Pyle. Para adaptarse al papel, D'Onofrio tuvo que aumentar casi 30 kilos de peso, lo cual afectó a su salud física y mental. La atención minuciosa y constante de Kubrick en cada toma resultaba agotadora. Matthew Modine, quien también participó en la película, relató que el rodaje fue tan agotador que para el final, todos los actores estaban física y mentalmente exhaustos.
Werner Herzog, «el infierno en la tierra»
En Aguirre, la ira de Dios (1972), Herzog llevó a su equipo a las profundidades de la selva peruana, donde las condiciones eran extremadamente duras. Los actores y el equipo debían navegar en balsas por ríos con corrientes peligrosas, y uno de los actores incluso cayó al agua y estuvo a punto de ahogarse.
Las tensiones entre Herzog y Klaus Kinski, protagonista de la película, alcanzaron su punto más alto durante este rodaje. Kinski y Herzog tenían una relación violenta y tempestuosa, y la película estuvo a punto de fracasar debido a los conflictos entre ellos. Herzog insistió en continuar a pesar de las condiciones, manteniendo al equipo en la jungla durante largos períodos, lo que llevó a varios a describir el rodaje como un infierno en la tierra.