Luis del Olmo, en 'Plano General': «Tenía que meterme con ETA, la Policía cuidó de mi vida»

El periodista y locutor de radio Luis del Olmo es el gran invitado de este viernes (La 2, 22:00 h) en Plano General, el programa de entrevistas que dirige y presenta Jenaro Castro. El que durante muchos años fue la mayor estrella de la radio española, hoy vive retirado en Barcelona, siempre con el corazón puesto en su tierra natal, Ponferrada. Del Olmo dice que «repetiría mil veces, si el Todopoderoso me diera salud, ir de onda en onda, de radio en radio».

Para Luis del Olmo, «la prensa es ahora más libre que nunca», y confiesa que «sin ti, querido periodismo, yo no existiría». Añade que solo cree en la política «cuando los políticos me dejan dormir tranquilo». Para el locutor, «el relato político, siempre con el nombre y el apellido del político por delante, porque en unos crees más que en otros». Además, Del Olmo recuerda cómo denunció a ETA siendo objetivo de la banda terrorista. «Creo que tenía que meterme con la banda criminal ETA, y la Policía cuidó de mi salud y cuidó de mi vida», añade el mítico locutor.

«No estaría dando el coñazo de no ser por España», asegura el periodista, que asegura que su ideología es «vivir, comunicar y no entorpecer a nadie». En la entrevista con Jenaro Castro, Luis del Olmo muestra su amor por Castilla y León, Madrid y Cataluña, donde desarrolló buena parte de su carrera. Haciendo retrospectiva, a sus 87 años, Del Olmo explica que «el futuro es mañana, y yo quiero ese mañana».

Luis del Olmo se somete a todas las secciones del programa: La semblanza (dedicada al aspecto biográfico y profesional de los invitados, en la que participa el también histórico periodista Fernando Ónega), Sala de prensa (en la que los personajes hablan de asuntos de actualidad), En un rincón del alma (relativa al aspecto humano de los entrevistados), Primer plano (en la que el personaje se somete a un test de actualidad, reflejos e ingenio) y El muro (en la que el personaje entrevistado deja una frase firmada de su puño y letra como filosofía de su propia personalidad).