Cine
Muere Jim Abrahams, el director que nos hizo reír con 'Aterriza como puedas' y 'Top Secret'
Firmó junto a los hermanos David y Jerry Zucker algunas de las comedias más divertidas de los años 80
Al mando del vuelo más disparatado de la historia del cine, el de Aterriza como puedas, se encontraban primero Robert Graves y el mítico pívot de Los Angeles Lakers Kareem Abdul Jabbar, y después, con los dos pilotos fuera de combate por culpa de una intoxicación, Robert Hays en la piel de Ted Striker, expiloto precisamente de combate. Eso en la pantalla. Detrás de ella, primero sobre el papel y después en la (triple) silla de director, quienes estaban a los mandos de la película eran los hermanos Jerry y David Zucker y Jim Abrahams.
Jim Abrahams, cuya inicial de su apellido aparecía en medio de los dos hermanos para formar el acrónimo ZAZ, ha fallecido este martes a los 80 años en su casa de Santa Monica tal y como ha confirmado su hijo Joseph a The Hollywood Reporter. Su filmografía como director apenas la forman nueve películas pero entre ellas figura, además de Aterriza como puedas, otras comedias como Top Secret!, Por favor, maten a mi mujer, Hot Shots y Hot Shots 2. Y a ellas hay que sumar otros títulos como guionista y productor, pero no como realizador, como la trilogía de Agárralo como puedas con Leslie Nielsen como el muy despistado Frank Drebin.
Abrahams trabajó como detective privado antes de embarcarse en el cine y hacernos reír, junto a los hermanos Zucker, como muy pocos lo consiguieron en los años 80. Y como muy pocos lo han logrado desde entonces. Su ocurrente sucesión de gags –algunos de los cuales no pasarían hoy el corte de lo políticamente correcto– alcanzó su mayor altura en Aterriza como puedas (1980), que después tendría una estimable secuela, ya con el canadiense Ken Finkleman como director y coguionista.
De Top Secret! (1984) también quedan en la memoria, 40 años después, ocurrencias en menor número e intensidad que en Aterriza como puedas, como los «souvenirs y artículos de coña» de Omar Sharif, o el perfecto túnel excavado supuestamente con la única ayuda de una cucharilla.