'La Palma', la serie del volcán que da una lección sobre la gestión de la dana

La Palma es una miniserie noruega de cuatro capítulos que desarrolla la llegada de un tsunami, a raíz de la erupción del volcán de Cumbre Vieja en la isla canaria de La Palma en el año 2021.

Un extraordinario drama que combina el miedo, la angustia, la tensión, el amor, la amistad, el dolor, la muerte, inspirado en hechos reales se ha convertido, la última semana, en la serie más vista de Netflix en todo el mundo. Casi 80 millones de horas vistas y más de 25 millones de reproducciones.

El cine tiene momentos inolvidables, escenas, frases, gestos que marcan la excelencia de un guion, de una secuencia. Uno de los instantes más sublimes de la serie es este: Álvaro Pérez, director del Instituto Geológico de La Palma, aparece en penumbra, sentado, en silencio. Abre una botella de vino Pingus 2013 (su coste más de 1.500 euros), rellena su copa con la mirada perdida. Aparece su ayudante Haukur, con una sensación de muerte en el ambiente. La conversación es deliciosa:

- Haukur: hola tío, ¿qué haces?

- Álvaro Pérez, director. La montaña se mueve. Acabo de pedirle al Gobierno que active el aviso de evacuación. No puedo hacer nada más.

Le sirve una copa a su ayudante del magnífico vino español y dice: «La gente necesita una ocasión especial para abrir un buen vino, pero se equivocan. La botella es la ocasión».

El ayudante le pregunta qué vino es. Lo prueba y exclama: «es la peor cerveza que he probado», entre sonrisas. Su director comenta: «Todo será caótico. Nunca pensé que moriría así, junto a mi mesa». «Ni yo-responde el ayudante-siempre pensé en algo más espectacular». Se miran, se enfundan el traje aluminizado y se van hasta la zona en erupción…

Los cuatro capítulos comienzan contando la misma historia: «Desde 1949 la tranquila isla de La Palma ha sido una bomba de relojería. Durante la erupción de 1949 se produjeron varios terremotos muy fuertes y se desarrolló una línea de falla a lo largo de la cresta del volcán. Hablamos de toda la ladera de una montaña que se desplaza al unísono hacia el océano y parece que está a punto de resquebrajarse por completo. Pero... la pregunta crucial es: no si lo hará; sino, ¡cuándo!».

El drama transita por varios senderos: amigas que descubren el pánico; una familia noruega de vacaciones en la isla de La Palma que viven y se enfrentan al desastre pasando auténticas calamidades, dos hermanos que luchan por salvarse cada minuto; la tensión cada segundo de los expertos dirigidos por Álvaro Pérez, el responsable del Instituto Geológico, que se enfrenta a su miedo a contar lo que está pasando porque «ya hizo público en una ocasión que la montaña podría derrumbarse y casi pierde el empleo». Sus dos ayudantes, Haukur y Marie que son los primeros en descubrir la emanación de gas de la falla y que le insisten a su director: «La gente tiene derecho a saber».

Las dudas para alertar a la población, persisten. El miedo, también. «Si nos equivocamos, el mundo perderá la fe en nosotros». Álvaro, director del IG, le comunica al político de turno: «Tenemos razones para creer que nos enfrentamos a una gran catástrofe». Y el político le responde: «La última vez casi me costó este puesto. Tengo que hablar con el gobierno… La población podría correr peligro». Este tipo de dudas se asemejan a lo ocurrido en la dana de Valencia. Y entre dudas… revienta el volcán. La gente de La Palma debe escapar a Tenerife. En medio de la caótica situación aparece un joven personaje, experto en investigar los movimientos de las olas. Su aportación es decisiva para salvar vidas.

La Palma es una serie dramática que ha utilizado 1.000 extras, además de 300 técnicos. Las imágenes son potentes, la acción aparece cada segundo con más fuerza. La productora noruega Fantefilms ha logrado un trabajo magnífico combinando perfectamente la ficción y la realidad.