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Libros de Cristina Peri Rossi en una librería de MontevideoEFE

Cristina Peri Rossi, ¿un nuevo premio a la ideología?

La ganadora del Cervantes 2021 lo ha sido, entre otras razones, por su «compromiso con temas claves de la conversación contemporánea como la condición de la mujer y la sexualidad»

¿Es feminista de este tiempo, feminista de «empoderamientos» y «patriarcados», Cristina Peri Rossi? El jurado del Cervantes le ha concedido el premio «por reconocer en ella la trayectoria de una de las grandes vocaciones literarias de nuestro tiempo y la envergadura de una escritora capaz de plasmar su talento en una pluralidad de géneros. La literatura de Cristina Peri Rossi es un ejercicio constante de exploración y crítica, sin rehuir el valor de la palabra como expresión de un compromiso con temas claves de la conversación contemporánea como la condición de la mujer y la sexualidad. Asimismo, su obra, puente entre Iberoamérica y España, ha de quedar como recordatorio perpetuo del exilio y las tragedias políticas del siglo XX».

En la frase «sin rehuir el valor de la palabra como expresión de un compromiso con temas claves de la conversación contemporánea como la condición de la mujer y la sexualidad» pueden estar las claves, precisamente, de una pregunta que quizá no tenga respuesta. Sin la existencia de esos «temas claves», cabe dudar de si la escritora uruguaya hubiese sido agraciada con el galardón. El premio Cervantes es el «público testimonio de admiración a la figura de una escritora o de un escritor, independientemente de su nacionalidad que, con el conjunto de su obra, haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico». Nada se dice acerca de «lo contemporáneo» en la misma definición y el significado del propio Premio Cervantes.

Esa «contemporaneidad» es el feminismo («la condición de la mujer y la sexualidad») que tan intensa y libremente ha tratado Peri Rossi a lo largo de carrera. No es «el conjunto de su obra» (o al menos no sólo eso) lo que le ha hecho acreedora del premio sino en buena medida su «compromiso con temas claves de la conversación contemporánea como la condición de la mujer y la sexualidad».

«Temas claves»

Es posible que haya otros conjuntos de obras que hayan «contribuido a enriquecer el legado literario hispánico» de mejor manera que el conjunto de la obra de Cristina Peri Rossi. Esto forma parte de la dación de premios, un cierto aspecto inherente e insalvable de subjetividad al que, frente a lo que sería deseable para minimizar precisamente dicho aspecto inherente e insalvable de subjetividad premiadora, se le añaden unos hechos «condicionantes» que hacen aún más subjetiva la autenticidad de la concesión de un premio, de por sí siempre dudosa.

África como destino de los premios Nobel, Booker y Goncourt en mitad de la polémica por la devolución de obras de arte de la época colonial parece más que una coincidencia, igual que el «compromiso con temas claves de la conversación contemporánea como la condición de la mujer y la sexualidad». El racismo sistémico y la figura de George Floyd como eje de la premiación de los últimos Pulitzer. Gloria Steinem, «la feminista más influyente del mundo», ganadora del Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Los Oscars, los Grammys, el BLM o el nuevo compromiso progresista que es posible que pueda darle algo más que igual a Peri Rossi.

Volviendo a la pregunta del inicio, no parece un feminismo de este tiempo el de una mujer de 80 años, proveniente de una verdadera sociedad patriarcal como la suramericana, la uruguaya en concreto, de los 50 y 60. Una mujer que se considera a sí misma subversiva y polémica. Podría decirse que el feminismo de Peri Rossi, «la condición de la mujer y la sexualidad», es un acto heroico por su originalidad y dificultad como el feminismo de Clara Campoamor.

Mujeres solas y libres a las que el feminismo del siglo XXI, un feminismo de rebaño, sin riesgo, dominante, censurador y poderoso en todos los ámbitos, nada que ver con los tiempos de Campoamor y de la escritora uruguaya, trata de arrimar a su ascua morada en lugar de por pintar, o no, del color que se prefiera. La poesía y la escritura de Cristina Peri Rossi lanza un desafío, ha lanzado siempre un desafío pues nunca se correspondió con modas ni «temas claves de la conversación contemporánea».

Belleza y libertad

Se puede decir que lo de Cristina Peri Rossi, que usa el apellido de su madre, es todo lo contrario, por lo que incluso cabría también cuestionar el premio otorgado, no en la persona de la autora sino en la entidad de la institución dadora, si lo concede por los hueros merecimientos acostumbrados.

No hace mucho el mismo PSOE, el de Indalecio Prieto, que en su día votó en contra del sufragio femenino que promovía Campoamor, celebraba la figura de la abogada y política. Tiene mucho que ver con la «celebración» de Cristina Peri Rossi por el «conjunto de su obra» y el recurrente añadido feminista «moderno»: el «compromiso con temas claves de la conversación contemporánea como la condición de la mujer y la sexualidad».

Unos «temas claves de la conversación contemporánea» de los que la propia reciente ganadora del Cervantes parece huir discretamente como si sólo fueran ecos lejanos, distorsionados, de su verdadera voluntad poética y personal, de una valiente transgresión que existe en ella, pero que no se extiende por fuera. Ella no se vende como no se vendió a una editorial que le ofreció dinero por cambiar el texto de uno de sus libros para hacerlo más vendible. Ella misma admite que no se trata de competir entre hombres y mujeres, que la calidad y la bondad nada tienen que ver con la paridad o que ser mujer no puede ser un obstáculo, pero tampoco un campeonato.

Es la diferencia entre la contestación y el cuestionamiento esenciales, únicos, personales, legítimos o íntimos de la poeta Cristina Peri Rossi y las imposiciones ideológicas de políticos con ínfulas y con peligrosos cargos como Montero o Belarra, quienes tratan de apoderarse del mérito de las profundidades desde la superficie. Pero Cristina no es eso, no es eso, hubiera dicho Ortega.

Una conquistadora

El amigo y también escritor Rafael Courtoisie afirma no creer en «que un premio haya que darlo de cuota, de asignación, pero es verdad que Peri Rossi representa en la segunda mitad del siglo XX una escritura que comunicó a muchísimas mujeres y hombres una nueva era de equidad, de conquista de la libertad. No es una discriminación positiva, sino un acto de justicia», y define a la autora como «una conquistadora», ya que es «osada con inteligencia y seductora con la reverencia de lo más profundo que tiene el ser humano, que es lo emocional».

Peri Rossi rechaza expresamente los «feminismos excluyentes», «esos temas claves de la conversación contemporánea» («No me gustan las exclusiones cuando se han vivido opresiones semejantes», dijo en una entrevista) mientras trata de escapar de encasillamientos parciales con un silencio contundente a propósito en las entrevistas, de los «empoderamientos» y «patriarcados» modernos, pese al explícito ataque de las formas tradicionales de la familia y las convenciones de la sociedad en su obra. 

Es la transgresión como forma, una verdadera transgresión que termina remitiéndose a la belleza y la libertad como única búsqueda: «Estos años en Cataluña han sido muy, muy dolorosos, muy tristes. Han frustrado por completo mi deseo de vivir una vejez serena y amable...», confiesa,  del mismo modo que no duda en afirmar  que los grandes premios literarios (tampoco duda en recibirlos: «Nunca había visto 125.000 euros juntos»)  están «casi siempre amañados».