Mario Vargas Llosa recibe la Orden nacional al Mérito en el grado de Gran Cruz en Quito, Ecuador, el pasado septiembre
Mario Vargas Llosa es el principal favorito a ingresar en la Academia Francesa
La candidatura la presentó el propio escritor por carta el pasado 7 de octubre y cuenta con las simpatías públicas de buena parte de los miembros de la institución cuya decisión, que se tomará mañana, debe ser aprobada por mayoría absoluta
Mario Vargas Llosa es el principal favorito a ocupar la vacante dejada por Michel Serres en la Academia de la Lengua Francesa tras su fallecimiento en 2019. La decisión, que debe ser aprobada por mayoría absoluta de los 34 miembros de la institución, se tomará durante la sesión del próximo 25 de noviembre, desarrollada en privado y sin la presencia de los aspirantes, entre los que también se encuentran otros candidatos como Emmanuel Cruvelier o Éric Dubois.
La candidatura del escritor peruano, presentada por él mismo el pasado 7 de octubre a través de una carta dirigida a la actual secretaria de la reunión, la historiadora Hélène Carrère d'Encausse, es toda una novedad ya que según el reglamento no pueden ingresar en dicha Academia miembros mayores de 75 años, por los 85 de Vargas Llosa, miembro de la Real Academia Española desde 1994.
«Los inmortales»
Los académicos, poetas, novelistas, dramaturgos, filósofos, historiadores, médicos, científicos, etnólogos, críticos de arte, militares, personalidades del Estado y personalidades de la Iglesia que han ilustrado especialmente la lengua francesa deben su sobrenombre de «los inmortales» al lema «A la inmortalidad», que figura por encima del sello cedido a la Academia por su fundador, el cardenal Richelieu.
Varios de sus miembros actuales, entre los que se encuentran Alain Finkielkraut, Chantal Thomas, Érik Orsenna o Jean-Christophe Rufin, han expresado públicamente su simpatía por la candidatura del Nobel, a pesar del idioma y de la edad, aunque fuentes de la Academia indican que el voto podría quedar en blanco si no se logra el acuerdo.
De ser elegido, la Academia organizará en los próximos meses una ceremonia de toma de posesión de su asiento, que le pertenecerá hasta el final de sus días, a la que asistirán 300 invitados y en la que el ingresante debe leer un discurso. Recibirá, además, una medalla de la Academia con el lema «A la inmortalidad» y su nombre grabado, y se le asignará también una palabra del diccionario.