Vargas Llosa se hace inmortal en la Academia francesa

Mario Vargas Llosa ya es un inmortal. No como aquellos de los que solo podía quedar uno de la película de Russell Mulcahy que veían morir a lo largo de los años y de los siglos a sus seres queridos mientras ellos permanecían siempre jóvenes. 

El Nobel ya tiene 85 años y sigue cumpliendo con la vida mortal y con la vida literaria imperecedera. «Los inmortales» creados por el Cardenal Richelieu, o los miembros de la Academia francesa ( de los que se burlaba Edmond Rostand En Cyrano de Bergerac), han decidido por mayoría absoluta, como es preceptivo en la institución, hacerle uno de los suyos.

Es la primera vez en la historia que alguien se convierte a la vida eterna sin haber publicado un libro en francés (aunque se formó en Francia y siempre ha reconocido la influencia literaria del país vecino), y también la primera vez que alguien mayor de 75 lo logra o se le permite. Los 18 votos de un total de 22 significaron su triunfo en la primera vuelta.

Será el presidente de la República, «el protector», Emmanuel Macron, quien recibirá al escritor peruano en audiencia antes de poder tomar posesión de su asiento, el 18, en una ceremonia privada. Los trajes verdes de la tradición para la ceremonia pública serán más tarde el atuendo para la lectura del elogio al antecesor del que toma el asiento, el filósofo e historiador Michel Serres.

Publicado en el país vecino por la editorial Gallimard, heredera de La Nouvelle Revue Française creada por André Gidé y editora de Marcel Proust, entre otros, y de vanguardistas como George Bataille y escritores de los 50 como Eugene Ionesco o Jean Genet, también es el primer Nobel desde François Mauriac en pertenecer a la institución.