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Curro Romero con el capote en el Puerto de Santa María

Curro Romero con el capote en el Puerto de Santa María

Cuando Curro Romero se negó a matar un toro y al día siguiente abrió la Puerta Grande de Las Ventas

Mañana, en el día de su 88 cumpleaños, se estrena en Sevilla el documental 'Curro Romero. Maestro del Tiempo'. donde el diestro recibirá un homenaje de amigos, artistas y compañeros

Cumple mañana 88 años el Faraón de Camas el mismo día que se estrena en Sevilla Curro Romero. Maestro del Tiempo, un documental que recorre la vida del diestro andaluz con fotografías inéditas, entrevistas y testimonios de compañeros como Andrés Calamaro, Joaquín Sabina o Miquel Barceló. El filme está dirigido por Curro Sánchez Varela, joven y premiado director de publicidad, videoclips y documentales, fundador de la productora Ziggurat Films y autor, entre otros, de La Inmortalidad de un Concierto, sobre la gira de actuaciones de su padre, Paco de Lucía.

Estatua de Curro Romero en La Maestranza de Sevilla

Estatua de Curro Romero en La Maestranza de Sevilla

Romero recibirá un homenaje durante la cita a la que acudirán figuras del toreo como Alejandro Talavante, Pablo Aguado o Espartaco, y artistas como Tomatito, Pepe de Lucía o Vicente Amigo. Curro Romero salió siete veces por la Puerta Grande de Madrid, una plaza tradicionalmente «recelosa» de los toreros artistas como el de Camas, lo que da una dimensión de su grandeza, más allá de los números, tantas veces inexactos en su matemática, dibujada por ejemplo en su capote corto, esa manera suya, única, de coger la capa, como también la muleta, en esos pases cortos como suspiros de arte inalcanzable.

En el calabozo

Los pases efímeros tan profundos como para soliviantar las almas. Esa es su pureza y su leyenda cimentada también en episodios polémicos como el de aquella tarde del 25 de mayo de 1967 en Madrid, cuando se negó a matar a un toro. Curro vio el percal de aquel animal que rehuía todas las llamadas y ordenó a su cuadrilla que saliera del ruedo. Nadie se lo explicaba. Curro decía que ese toro ya estaba toreado. Los tendidos comenzaron a bullir y a protestar. Las autoridades franquistas quisieron obligarle, pero él siguió en sus trece en el callejón. Miró al presidente y dijo: «No lo mato». Y no lo mató.

Esa noche la pasó el de Camas en un calabozo de la Dirección General de Seguridad tras ser detenido por los grises. Estaba anunciado al día siguiente junto a Diego Puerta y Paco Camino. Nadie sabía que iba a pasar. La expectación era máxima y Curro apareció. Esa fue una de sus siete Puertas Grandes en Madrid, 24 horas después del escándalo y mucho más allá de los números. El capote corto, el buen gusto, lo efímero y la leyenda entre suspiros del Maestro del Tiempo al que mañana se celebra.

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