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Mario Vargas Llosa en una entrevista reciente con Efe en Quito (Ecuador)EFE/José Jácome

Intelectuales franceses rechazan la entrada de Vargas Llosa en la Academia Francesa por ser «de extrema derecha»

Entre las críticas al novelista figuran su neoliberalismo y su posición respecto a Argentina, porque en 1995 pidió «enterrar el pasado» en relación a los crímenes de la dictadura militar 

La reciente entrada de Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa ha despertado el rechazo de buena parte de la intelectualidad del país. Un grupo de pensadores se ha unido para publicar un manifiesto en el diario francés Libération, en el que muestran su «estupefación» ante una «decisión que presenta graves problemas éticos».

El Nobel peruano es la primera persona que no escribe en francés que es incorporada al cuerpo que vela por el idioma. Aunque Mario Vargas Llosa vivió en París en su juventud y habla francés perfectamente, no lo utiliza en su escritura. En cualquier caso, no son sus dotes literarias o de manejo del francés lo que los intelectuales han puesto en duda.

El profesor César Itier; la directora de investigaciones del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo (IRD), Evelyne Mesclier; la profesora de la Universidad de París Valérie Robin Azevedo; la investigadora Sylvie Taussig, y el antropólogo Pablo del Valle son los firmantes del texto que recuerda el reciente apoyo del autor de La casa verde al candidato presidencial chileno José Antonio Kast, al que definen como un «nostálgico defensor de la dictadura militar de Pinochet».

Pero no se quedan solo en el caso chileno: los intelectuales han buscado las razones por las que creen que Vargas Llosa es «de extrema derecha». «El escritor apoyó con entusiasmo al presidente colombiano Iván Duque, elegido en 2018, quien puso fin a los acuerdos de paz firmados en 2016 entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), después de un conflicto mortal que duró décadas. Desde entonces, los asesinatos de exguerrilleros, sindicalistas, líderes indígenas y activistas ambientales se han vuelto casi cotidianos», explican en la carta, en la que citan al escritor: «Desde que lo conocí siempre supe que el presidente de Colombia Iván Duque sería un ejemplo para el resto de América Latina». 

Muy centrados en sus ideas políticas, los intelectuales destacan también su apoyo a Keiko Fujimori en las recientes elecciones peruanas. Expresan que la hija del exdictador Alberto Fujimori «hace campaña por la destitución del nuevo presidente», en alusión a Pedro Castillo. «Grupos de ultraderecha atacan físicamente a personalidades políticas de centro izquierda y centro derecha. Algunos piden un golpe de Estado. Vargas Llosa ha jugado un papel activo en la llegada de este caos a Perú haciendo una campaña sin reservas en favor de Keiko Fujimori, a la que presenta como último obstáculo contra el comunismo», añaden.

Chile, Colombia, Perú y también Argentina entra dentro del rango de críticas al literato. Los firmantes recogen que en 1995 pidió «enterrar el pasado» en relación a los crímenes de la dictadura militar. También hacen mención a su inclusión en los Papeles de Panamá, según los cuales Mario Vargas Llosa habría poseído sociedades en paraísos fiscales con las que pudo evadir impuestos.

Por todo ello, se atreven a afirmar (y a publicar) que la entrada del autor de La ciudad y los perros en la Academia «mancilla la imagen de Francia en América Latina, donde sus posturas extremistas son bien conocidas y suscitan un fuerte rechazo», y que «amenaza con legitimar posturas que pisotean los valores de la democracia a los que Francia quiere asociarse, como la libertad de expresión, la aceptación de resultados de sufragios y el derecho a defender causas sin arriesgarse a perder la vida».