Bermúdez de Castro, nuevo académico de la RAE: «Los neandertales hablaban y se expresaban en su lengua»
El paleoantropólogo español es conocido por sus investigaciones en Atapuerca, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de toda Europa
Hay nueva letra «K» en el sillón de la Real Academia Española. José María Bermúdez de Castro es el nuevo académico: el paleoantropólogo español es conocido por sus investigaciones en Atapuerca, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de toda Europa y que más aportaciones ha arrojado sobre la evolución del hombre en Europa.
Sus estudios han sido clave para conocer la especie humana, sus orígenes, su evolución y sus características. Según el nuevo académico, los neandertales, acaso la especie extinguida más parecida al hombre de nuestros días, «hablaban y se expresaban, tenían su propia lengua», según ha explicado el paleoantropólogo tras ser elegido para ocupar el sillón «K».
«No se ha podido conocer su aparato fonador, como es lógico, pero el aparato auditivo se ha conservado y muy bien. Es algo que estamos estudiando en la Sima de los Huesos (Yacimientos de Atapuerca) con grandes sorpresas», ha añadido Bermúdez de Castro (Madrid, 1952) en una entrevista con Efe. La audición del Hombre de Neandertal «es exactamente como la nuestra, tenía una banda ancha muy amplia», ha insistido este científico y biólogo que es vicepresidente de la Fundación Atapuerca, en Burgos, donde también coordina el Programa de Paleobiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH).
«¿Qué hace un paleoantropólogo en la Academia de la Lengua?», se ha preguntado acerca de la aceptación de su candidatura para ocupar el sillón «K» de la RAE, a propuesta de los académicos Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron y Pedro García Barreno, para sustituir al arabista Federico Corriente, fallecido en junio de 2020. No ha tardado en responder al recordar que «existen muchas similitudes» entre su profesión y el estudio de la evolución de la vida y de las lenguas, aunque éstas se desarrollan «demasiado rápido en relación con la evolución biológica», ha precisado.
«Hay aspectos metodológicos de la Evolución Humana perfectamente aplicables a la de la lengua, que también tiene miles de años de antigüedad», ha proseguido Bermúdez de Castro, profesor honorario del University College de Londres y doctor honoris causa en la Universidad de Burgos. A la Academia de la Lengua llega para cubrir un ámbito, el de la antropología y paleontología, sin precedentes en sus más de tres siglos de historia: «Es algo novedoso y en mi caso llego para aportar pero también para aprender», ha manifestado acerca de una propuesta de candidatura que empezó hace dos meses «de una forma muy tímida». «¿Y por qué no? Mi retirada no está muy lejos (en 2022 cumplirá 70 años) y de esta manera puedo seguir siendo útil haciendo cosas, mantener la mente activa», ha apuntado sobre una nueva faceta cuya gestación le ha causada tanta sorpresa como ilusión porque antes, en la RAE, «nunca hubo nadie» de su disciplina científica.
Las excavaciones de Atapuerca, interesadas en el lenguaje
En Atapuerca, bajo la coordinación del paleontólogo y biólogo Ignacio Martínez Mendizábal, «estamos estudiando el lenguaje», ha reiterado no sin antes desvelar su condición de «maniático» en el uso pertinente y adecuado del lenguaje hablado y escrito, en «todo el tema de la lengua», ha subrayado. Antes del verano del año en que cumplirá 70 de vida, José María Bermúdez de Castro espera ingresar en la RAE con un discurso que le ronda en la cabeza a través de varias ideas que todavía no ha podido dar forma «porque había que esperar al resultado de la votación, pero ya tengo algo de forma muy esquemática», ha desvelado.
«Tengo casi 70 años», ha reflexionado ante esta nueva faceta que le ofrece la RAE, «nada comparado con lo que ocurría hace medio millón de años, que a los cincuenta ya estaban fuera de juego». Gracias a las tecnologías «y a la calidad de vida, si nos cuidamos, podemos aguantar bien hasta cierta edad», ha concluido Bermúdez de Castro, quien llega a la RAE «para trabajar, no a ocupar un sillón», con la vista puesta en 2023, cuando dejará sus responsabilidades en el CENIEH, y en 2024, año en el que también abandonará su responsabilidad como codirector de las excavaciones de Atapuerca.