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Infierno woke y amenazas para J.K. Rowling en el veinte aniversario de Harry Potter

La autora de la famosa saga ha entrado desde hace un año en el infierno de los bien pensantes y sus reivindicaciones moralistas

Las hordas moralistas del pensamiento único parecen querer borrar de la opinión pública a todo aquel que discuta los dogmas y el nominalismo de lo políticamente correcto; sea lo que sea ese pensamiento sin más sustancia que la moda y el resentimiento hacia quien piense distinto.

Perseguida por sus palabras

Lo sabe bien J.K: Rowling, que lleva un año para olvidar desde que criticó la expresión «personas menstruantes» y se echó encima a toda la horda reivindicativa de los cuidados a las minorías, supuestamente, sufridoras; hasta llegar al punto de que medio centenar de personalidades de la cultura británica han escrito una carta para defenderla de «una tendencia insidiosa, autoritaria y misógina».

De hecho, la autora de Harry Potter ha sido la gran ausente en la celebración del 20 aniversario de las películas y ha recibido la furia y las amenazas de muerte de miles de fans por sus comentarios sobre las personas transgénero. La escritora ha sido tildada de «feminista radical transexcluyente.»

J.K. Rowling, objeto de la furia woke

Las críticas, además, parecen no cesar. Las últimas de Jon Stewart, conocido presentador de origen judío, que ha afeado a la Rowling el hecho de que los goblins, los banqueros de la saga, tengan apariencia de judíos. Así lo ha manifestado en su podcast The problema with Jon Stewart: «¿Alguna vez has visto una película de Harry Potter? ¿Has visto alguna vez las escenas en el banco Gringotts? ¿Sabes quiénes son esas personas que dirigen el banco? Son judíos. Es un mundo mágico, podemos montar en dragón, podemos tener una lechuza como mascota pero, ¿quién debería dirigir el banco? Los judíos. ¿Y si tuvieran los dientes más afilados?», esgrimió el estadounidense, visiblemente ofendido.

Rick Gervais

El actor Ricky Gervais, presentador de los Globos de Oro, sigue perseguido por su fama de «transfóbico» y por sus frecuentes bromas, refrendadas ya por comentarios más serios hace un par de años: «Necesitamos proteger los derechos de las mujeres, y no erosionarlos porque algunos hombres han encontrado una nueva y astuta manera de dominar a todo un sexo».

Rick GervaisPhotographer: Thomas Attila Lewis

Gervais, harto del fanatismo, ha expresado su deseo de «vivir lo suficiente para sobrevivir a la generación woke» para ver un cambio en cuanto a las manifestaciones que alguien pueda haber hecho en el pasado o en la actualidad: «No te pueden censurar lo dicho hace diez años porque no sabes lo que va a pasar dentro de otros diez».

También los Monty Python

A Michael Palin y John Cleese, integrantes del grupo humorista Monty Python, también han recibido su correctivo moralista cuando el ya exdirector de comedias de la BBC Shane Allen, insinuó que los Monty Python hoy no tendrían sitio en la televisión británica «porque serían percibidos como seis tipos blancos y privilegiados de Oxbridge».

Monty Python

Michael Palin, rechazó los comentarios de Allen como «estúpidos» y recordó el papel del grupo en la historia del humor británico.

John Cleese, el otro integrante vivo de la mítica formación de humoristas, denunció que «la nueva ola de lo políticamente correcto está teniendo un efecto de máxima rigidez en la creatividad. No podemos organizar la sociedad para complacer a los más susceptibles, porque entonces tendríamos una sociedad neurótica».

A raíz de la polémica, el artista decidió suspender una aparición en la Universidad de Cambridge por las denuncias del sindicato de estudiantes y por el temor a que le pasaran factura por sus imitaciones de Hitler.

La autocensura termina con el humor

«Los británicos hemos perdido el sentido de humor, y no es una cosa para reírse», ha reflexionado el locutor de la BBC 4 John Humphrys. «La autocensura se está convirtiendo en un acto reflejo. Estamos entrando en la era de la prohibición de las bromas. La libertad de expresión es lo que mantiene a una cultura tolerante y viva. Esto empieza a parecerse al Ministerio de la Verdad de Orwell: controlando lo que decimos terminarán controlando lo que pensamos».

Desgraciadamente, el arte en general está viéndose censurado y, por tanto, manipulado por esta censura, que intenta cancelar, cuando no hacer desaparecer, toda expresión, pensamiento o acontecimiento del pasado y del presente, que exceda los esquemas de las minorías y las modas del resentimiento.