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Una estatua de Fray Junípero Serra, vandalizada con la palabra «racista»Gtres Online

La ideología 'woke' la emprende contra el evangelizador de California

El misionero Fray Junípero Serra es utilizado como cabeza de turco en un intento por denunciar los abusos durante la colonización de América

Hace un año, la escalada de violencia antirracista llevó a algunos enaltecidos defensores del movimiento Black Lives Matter a confundir la defensa de la igualdad con la revisión postcolonialista. Por entonces, además de las estatuas de Cristóbal Colón, se vandalizaron unas y se derribaron otras. El revisionismo histórico de la izquierda tumbó estatuas más controvertidas de la ciudad de Nueva York, la del expresidente Theodore Roosevelt (1901-1909) a caballo por encima de un negro y un indio. La tumba de Hernán Cortés amaneció también con pintura roja donde se leía «genocidio».

En junio de 2020, en plena pandemia, medio millar de activistas entraron el Golden Gate Park de San Francisco y derribaron la efigie en bronce del franciscano español Fray Junípero Serra, evangelizador de California. Bajo el lema Siempre adelante, nunca atrás, el misionero dedicó su inteligencia y energía a preservar la dignidad de los nativos de Querétaro y las dos Californias mediante la doctrina evangélica, el progreso civilizador y la ejemplar vida que llevó a base de paciencia, humildad y pobreza.

Fray Junípero Serra no solo es el único español con estatua en el Capitolio de Washington, sino que el Papa Francisco canonizó al ilustre fraile español el 23 de septiembre de 2015. «Con frecuencia, el centro de interés se ha trasladado a temáticas que por su naturaleza provocan divisiones, dando como resultado agendas cada vez más dictadas por un pensamiento que reniega los fundamentos naturales de la humanidad y las raíces culturales que constituyen la identidad de muchos pueblos», dijo entonces el Papa Francisco, para pasar a señalar el «pensamiento único» que desemboca en la cultura de la cancelación. «Considero que se trata de una forma de colonización ideológica, que no deja espacio a la libertad de expresión y que hoy asume cada vez más la forma de esa 'cultura de la cancelación', que invade muchos ámbitos e instituciones públicas. En nombre de la protección de las diversidades, se termina por borrar el sentido de cada identidad, con el riesgo de acallar las posiciones que defienden una idea respetuosa y equilibrada de las diferentes sensibilidades».

El caso de San Francisco

Fruto de la ideología se trató también de eliminar de 44 escuelas públicas de la ciudad de San Francisco los nombres de George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y otras figuras históricas acusadas de esclavismo, genocidio o ambos. Pero además de los expresidentes, en la lista también se incluían varios nombres de conquistadores o evangelizadores españoles, como Pedro de Alvarado, Fray Bartolomé de las Casas, Vasco Núñez de Balboa y, por supuesto, Fray Junípero Serra.

Los miembros de la junta educativa también optaron por quitar nombres más genéricos en español, como El Dorado o Misión –recordemos que California está plagada de nombres españoles, empezando por la ciudad de San Diego, que hace referencia a otro de los misioneros, San Diego de Alcalá–. Escudados en el movimiento de Black Lives Matter, los miembros de la junta escolar argumentaron que el cambio de nombre era necesario.

La alcaldesa de San Francisco, la demócrata London Breed

Tras un tira y afloja entre la junta escolar y la alcaldesa, finalmente la junta votó contra su propia decisión. Pero un grupo de padres apoyados por la alcaldesa, London Breed, continuaron la lucha, y finalmente varios miembros fueron destituidos.

La junta escolar tiene siete miembros, todos demócratas, elegidos en las urnas, pero solo tres eran sometidos a la revocatoria: la presidenta Gabriela López, la vicepresidenta Faauuga Moliga y la comisionada Alison Collins, todos finalmente recusados, con más de un 70 % de votos a favor de su expulsión. De los 499.771 electores registrados en San Francisco, participaron 130.302, lo que representa a un 26,07 % del censo.

Aunque Breed niega que la polémica tenga que ver con la «revisión del supremacismo», lo cierto es que se ha entendido como «un referéndum 'woke'». De hecho, el exvicepresidente Mike Pence se pronunció sobre el caso en una conferencia en el campus de Stanford College: «Esta semana en San Francisco los padres destituyeron a tres miembros de la junta escolar que estaban más preocupados por cambiar el nombre de las escuelas que por reabrirlas».