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Históricamente, Rusia y Ucrania siempre han estado enfrentados política y culturalmente.

El enfrentamiento de Rusia y Ucrania. Desde el cine y 'Eurovisión', hasta la sopa 'borsch' de los astronautas

La invasión de Ucrania por parte de Rusia es el último capítulo de un enfrentamiento que afecta a muchas cuestiones culturales, desde el cine a la cocina en la Estación Espacial Internacional

La invasión de Ucrania por parte de Rusia es el último capítulo de un profundo enfrentamiento político que ha sido ampliamente reflejado en el cine y la literatura, y que ha salpicado incluso las confusas relaciones culturales, artísticas y culinarias más antiguas.

En el cine, 'Maidan' y 'Donbass'

Lo sabe bien Sergei Loznitsa, uno de los directores más reconocidos del panorama cinematográfico, cuando insiste en que «los políticos rusos actuales tienen los mismos planes expansionistas; lo curioso es que en Europa nadie se haya dado cuenta de la amenaza, y esté ignorando que la amenaza es real».

En el documental Maidan de 2014, que fue prohibido en las carteleras rusas, el director ucraniano grabó en «plano fijo» las imágenes de las protestas en Kiev contra el entonces presidente, Viktor Yanukovich, que desembocaron en una sangrienta batalla entre manifestantes y policía.

Y cuatro años después, en el largometraje Donbass, hizo un retrato en trece capítulos del absurdo de la guerra entre el Ejército ucraniano y las milicias separatistas prorrusas.

En la literatura, 'El orfanato' y 'El cuervo negro'

El conflicto también ha salpicado a la literatura, según el ucraniano residente en España y ganador del Premio Premio 25 Primaveras de Novela, Dimas Prychyslyy con su novela No hay gacelas en Finlandia, que recomienda la lectura de El orfanato de Serhij Zhadán: novela que relata las vicisitudes de un profesor de lengua ucraniano para traer a casa a su sobrino, mientras la ciudad es ocupada por tropas enemigas.

Otra novela muy recomendable es El cuervo negro de Vasyl Shklyar, en la que relata la insurrección de 1920 contra el ejercito en la guerra de independencia de Ucrania, y que inspiró la película homónima, dirigida por Taras Tkachenko.

En el cómic, ​«Cuadernos ucranianos y rusos» sobre el 'Holodomor' de Stalin

El dibujante italiano Igort quería acometer una obra sobre el escritor Antón Chéjov tomando como base las distintas casas en las que había vivido en la antigua URSS. Pero, tras varios años de viajes por la zona, terminó ilustrando la biografía de supervivientes del Holodomor, la trágica hambruna provocada por Stalin y que asoló Ucrania.

Entre 1932 y 1933, la URSS provocó esta hambruna en Ucrania debido a que los campesinos habían rechazado la colectivización impulsada desde Moscú, que confiscó las reservas alimenticias de millones de ucranianos, y mató de hambre, literalmente, a un cuarto de la población del país.

En Cuadernos ucranianos y rusos, Iglort relató la tragedia del 'Holodomor' y, años después, incluyó en la historia gráfica el asesinato de Anna Politkóvskaya en 2006 y la guerra de Chechenia

También conflictos en Eurovisión

El festival no se ha salvado de las tiranteces. Este mismo año, la ucraniana Alina Pash, que se había alzado con la victoria en la preselección de su país, terminó cediendo su puesto tras ser acusada de haber viajado a Crimea sin el permiso correspondiente.

En 2019 la televisión ucraniana declinó participar en el festival después de que Maruv, la ganadora de aquella preselección, se negará a cancelar su gira, ya programada, en territorio ruso.

Dos años antes, en 2017, Ucrania como país anfitrión, bloqueó a la representante rusa, Yulia Samoylova, por haber entrado en Crimea dos años antes « ilegalmente» para participar en un concierto. Y un año antes, en 2016,Ucrania ganó el festival permitiendo que Jamala compitiera con el tema 1944, inspirado en la deportación de miles de tártaros de Crimea; victoria que obviamente, enfureció a Rusia.

La sopa de los zares y de los astronautas

También en la gastronomía se refleja la tensión permanente entre ambos países, ya que se disputan la autoría y el origen de la sopa borsch, incluso frente a la Unesco . De hecho, Ucrania pidió en 2021 su reconocimiento como «patrimonio inmaterial de la humanidad» para zanjar la polémica sobre la nacionalidad de esta elaboración a base de remolacha, repollo, patatas, tomate, carne y smetana.

El dossier de la candidatura es tan extenso como el conflicto histórico. En él, se señala que ya en 1548 hay constancia de un mercado de borsch en Kiev, y que fueron los emigrantes ucranianos los que la hicieron famosa en el mundo. Los rusos, como no puede ser de otra manera, han replicado aduciendo que en esa época ni tan siquiera existían como país, sino como el reino eslavo de la Rus de Kiev.

En cualquier caso, el borsch ascendió de las mesas más humildes a la corte imperial rusa, y se convirtió en uno de los platos favoritos de los zares; y de ahí, llegó hasta el espacio, para enriquecer el menú encapsulado de los astronautas rusos en la Estación Espacial Internacional.