Luis García Montero: «Es de catetos utilizar palabras en inglés, cuando ya las tenemos en español»
Al director del Instituto Cervantes le inquieta la imagen que lo hispano puede dar en el exterior y las consecuencias que puede acarrear
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, se encuentra en Perú para preparar el Congreso Internacional de la Lengua Española, que se celebrará en Arequipa el próximo año con el objetivo de realzar la riqueza del mestizaje de la lengua.
La ciudad blanca acogerá en marzo de 2023 la IX edición del Congreso Internacional de la Lengua Española, que no se celebra desde 2019 debido a la pandemia, en colaboración con las autoridades del país andino, las academias de las lenguas y el Instituto Cervantes.
A propósito de esta mezcla, por otra parte nada nueva, ha señalado que «La mejor manera de mantener la unidad del español es respetando la diversidad»; una diversidad que hace comprender que en cuanto al idioma, este «no tiene centros», al ser la segunda lengua con más hablantes del mundo. En este sentido, García Montero cree que «no hace falta protegerlo y goza de muy buena salud », aunque «es importante respetar sus variedades».
Al mismo tiempo, ha declarado que, como poeta y como filólogo, «enseñar un idioma no es enseñar un vocabulario, sino un conjunto de valores», ya que «la cultura y el idioma español son un espacio donde se defienden valores democráticos, las identidades abiertas y la posibilidad de convivir con otras civilizaciones».
La fortaleza del idioma español
Con casi 500 millones de hablantes nativos, el poeta y filólogo cree «que tanto el idioma como la cultura hispánica se encuentran en un momento de fortaleza en el que las series de televisión distribuidas a nivel global en plataformas digitales o la música en español juegan un rol muy importante», y que esta fortaleza permite acoger los acentos distintos y los anglicismos que entran de forma continua en el español.
«Cuando son palabras que vienen a designar algo que necesitamos nombrar, se aceptan y se asimilan, y cuando son superfluas siempre acaba dominando la palabra tradicional en castellano que ya está. Me parece un poco de catetos utilizar palabras en inglés cuando ya disponemos de una palabra en español», ha enfatizado.
Pero al director de la Institución, que está presente en 94 ciudades y 47 países, le inquieta la imagen que el mundo hispano puede dar en el exterior y las consecuencias que esto puede acarrear, como la imagen de México asociada al narcotráfico que se ha instalado en el imaginario colectivo o la amenaza que suponía hablar español en Estados Unidos en la era del expresidente Donal Trump.
«Nos preocupa hacer del español una lengua de cultura, de ciencia, de tecnología para que represente valores de progreso, modernidad, democracia y mostrar que no se pueden hacer caricaturas con el mundo hispano», ha dicho el máximo responsable del Instituto Cervantes en el mundo.
Un idioma siempre vivo
Por eso, ha defendido a la Academia frente a una visión «purista» que la sociedad suele tener de ella; y destacado la labor de filólogos latinoamericanos como Ricardo Palma o Andrés Bello, quienes incluyeron junto a muchos otros, y hasta ahora, términos en la RAE.
«El lenguaje va cambiando, y desde el Instituto Cervantes intentamos que las transformaciones del lenguaje acompañen a las mejores transformaciones de la sociedad», ha dicho en relación a temas como la lucha por la igualdad, a la que la lengua tiene que acompañar en el camino.
El poeta ha querido concluir subrayando la importancia de respetar y no intentar corregir o juzgar el español que habla cada uno en su entorno, ya que «el idioma se mantiene vivo siempre que esté pegado a la vida cotidiana de la gente».