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Supuesto retrato de Garcilaso de la Vega

Aparecen dos poemas de Garcilaso de la Vega en el lugar menos pensado

La investigadora María Czepiel hizo el inesperado hallazgo de estos poemas, aunque todavía no quiere desvelar el lugar del descubrimiento

Así lo ha anunciado la filóloga investigadora de la Universidad de Oxford Maria Czepiel en el congreso internacional El clasicismo horaciano en el contexto italiano de Garcilaso de la Vega, celebrado en Nápoles.

Se trata de dos odas escritas en latín; una dedicada al cardenal Pietro Bembo y otra dedicada al humanista alemán Brassicanus, del que apenas se tiene información.

Sorpresa en la tesis doctoral

La investigadora estaba siguiendo la pista del poeta para su tesis doctoral sobre la poesía latina del Renacimiento; entre libro y libro reconoció una de las tres odas latinas de Garcilaso que han llegado hasta nosotros. Pero no estaban en algún volumen de la Universidad de Alcalá de Henares, sino en una biblioteca de la República checa, escritos a mano en las últimas páginas de un libro impreso. «En las páginas finales de una antología de poetas italiano aparecieron otros textos copiados a mano, muchos de los cuales son de poetas ibéricos». Y entre esos poemas copiados a mano estaban las dos odas perdidas y encontradas. Su temática gira en torno al elogio de la amistad y la capacidad de la poesía para inmortalizar su objeto.

No se ha desvelado el origen

Otro tema es el de la relación entre la vida militar y la vida poética, tal y como la vivió Garcilaso de la Vega: soldado y poeta humanista, desterrado por Carlos V porque el poeta asistió a una boda en Ávila con la que el emperador no estaba de acuerdo. Fue apresado en Tolosa y confinado en una isla del Danubio junto a un destacamento militar, así que Garcilaso debió tener mucho tiempo para crear versos. Después, acudió a Ratisbona junto al gran ejército que se estaba preparando para luchar contra el Turco, en Viena.

Se cree que el libro tiene cierto vínculo con la ciudad de Alcalá y, probablemente con la universidad, tal y como se ve por una anécdota que el propio copista deja escrita en el libro, al relatar la llegada del veneciano Andreas Navagero a la localidad madrileña. Czepiel prefiere no revelar de momento la biblioteca donde se ha dado el hallazgo, al menos hasta que se publique su artículo académico en la revista especializada Bulletin of spanish studies, donde prepara una versión castellana de los originales en latín, de los que apenas adelanta algún verso: «Bembo, si acaso el sonido de mi modesta lira desvía los sentidos esforzados de tus altos estudios, perdóname, te ruego».