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Bombardeo de Guernica

Bombardeo de GuernicaBundesarchiv / Wikimedia Commons

Sánchez dice que Guernica fue uno de los episodios más cruentos de la Guerra Civil, ¿es cierto?

En el 85º aniversario del bombardeo de la localidad vizcaína, el presidente del Gobierno afirma que fue una de los puntos con más víctimas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha conmemorado este martes el 85 aniversario del bombardeo en la localidad vasca de Guernica y ha recordado a «todas» las víctimas de «uno de los episodios más cruentos» de la Guerra Civil. «El bombardeo de Guernica por parte de la aviación nazi y fascista fue uno de los episodios más cruentos de la Guerra Civil. 85 años después, recordamos este día y a todas sus víctimas», ha expresado Sánchez en un mensaje en su perfil de la red social Twitter.

Así, el Presidente ha señalado que la memoria es «imprescindible» para seguir construyendo una sociedad democrática y en paz en el mensaje que ha acompañado de un vídeo sobre lo ocurrido en Guernica que hace mención al presidente ruso, Vladimir Putin. Con motivo de la guerra en Ucrania, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, equiparó en su discurso por videoconferencia en el Pleno del Congreso de los Diputados la situación que atraviesa actualmente su país con la que se vivió en el pueblo vasco hace casi cien años.

¿Fue uno de los episodios más cruentos?

En la actualidad existe un pensamiento oficial de que solo los nacionales emplearon los bombardeos sobre ciudades y población civil como arma de guerra. Pero esto, no solo no fue así, según explica el profesor Rob Stradling, catedrático emérito de la Universidad de Gales. En realidad, fueron los republicanos los que emplearon de forma masiva este instrumento de guerra.

Poblaciones como Oviedo, Granada, Zaragoza, y Sevilla padecieron más de 400 ataques, a los que tenemos que sumar los ataques a Pamplona, Huesca, Toledo, Teruel, Talavera, Córdoba, Cáceres, Salamanca, Segovia, Burgos... y un intento fallido sobre Vitoria. Oviedo sufrió 208 ataques durante el asedio.

En el verano de 1938 la Sociedad de Naciones pidió a ambos bandos informes oficiales sobre ataques sueltos. Entonces se enviaron informes abultados sobre los bombardeos enemigos. Burgos, sede del gobierno de Franco, sufrió 2.100 ataques aislados que produjeron 19.000 bajas, entre muertos y heridos. La eficiente propaganda de guerra republicana trasmitió las exageradas cifras dadas por Negrín de 25.000 niños muertos en 1.054 ataques nacionales.

Sin embargo, el gran símbolo de esta guerra se acabó centrando, gracias a la citada propaganda, en Guernica. Según los historiadores, en el bombardeo de la localidad fallecieron 126 personas. Por su parte, el bombardeo republicano de Cabra, conocido como la ‘Guernica del sur’, causó 96 muertos y 117 heridos, en su totalidad personas civiles.

Pero según el libro Guerreros. Historia de mil años, de Corpas Mauleón, las dos ciudades con más muertos por bombardeo de ambos bandos fueron Oviedo, con 6.000 muertos, y Huesca, con 4.000. Ambas ciudades se encontraban en el bando nacional y fueron masacradas por la aviación del Ejército Popular.

Los bombardeos aéreos realizados por la aviación republicana y los cientos de navarros fusilados por las milicias del Frente Popular en la retaguardia republicana no han sido estudiados por esta historiografía oficial, pero en los bombardeos de Navarra murieron al menos 38 personas documentadas.

El 1 de abril de 1937 la aviación republicana y la nacional se enzarzaron en dos de los peores bombardeos de toda la Guerra Civil. Fue un día después de otro duro ataque de la Legión Cóndor en Durango, Vizcaya, y apenas un mes antes del propagandístico y salvaje bombardeo de Guernica. Los bombarderos republicanos de Córdoba, ciudad controlada por el bando nacional bajo el mando del general Queipo de Llano, fueron silenciados y con una cifra de muertos que contrasta con la de Guernica: murieron alrededor de 40 personas. En Jáen, por su parte, unas 157, a las que habría que añadir 128 más: siguiendo el inmediato fusilamiento de los presos «derechistas» en la ciudad.

Y si se habla de crueldad, como hace Pedro Sánchez, habría que destacar que, al igual que en Cabra, en Jaén no existía una justificación militar. El cometido del bombardeo consistió en una operación de castigo y terror sobre la población civil, ya que no existía un frente en ese momento en Jaén, ni objetivos militares, tal y como escribe el historiador Juan Cuevas. De hecho, la mayoría de las víctimas fueron ancianos, mujeres y niños. En total, durante el día 1 de abril y la semana siguiente murieron alrededor de 285 personas, casi el doble que en Guernica.

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