Iceta no sabe cuándo estará disponible el bono cultural porque desconocía que había «plazos y criterios»

La fecha prevista estaba clara y había sido anunciada por todos los canales ministeriales: en junio se ponía en marcha el bono cultural que permitiría a los jóvenes que cumplieran 18 años durante 2022 contar con 400 euros del Gobierno para invertir en «cultura».

Sin embargo, de la seguridad de entonces nada queda: al ser preguntado al respecto, el ministro de Cultura y propulsar del polémico bono, Miquel Iceta, ha declarado que llegará «justo antes o justo después del verano». Una fecha vaga que deja una amplia horquilla temporal de tres meses y que desdice las anteriores afirmaciones del ministro.

El titular de Cultura realizó las declaraciones en el Museo del Prado: «Estamos avanzando mucho, lo que pasa es que a mí me ha sucedido que cuando uno entra en los procedimientos legislativos descubre plazos, criterios y posibilidades de recursos ante decisiones que demoran las cosas». Algo habitual en la administración, pero que Iceta parecía desconocer.

Un año para gastar 400 euros

Según ha querido matizar Iceta, el mensaje que quiere transmitir es que «nadie se preocupe» porque todos los jóvenes que cumplan 18 años este 2022 «van a tener un año, desde que se active, para dedicar esos 400 euros al consumo de bienes culturales». «Es un proceso en el cual todos los prestadores de servicios culturales y todas las empresas culturales se tienen que dar de alta para que los jóvenes puedan utilizar el bono para comprar sus productos, por lo tanto necesitamos un periodo un poco importante para que desde el momento en el que se ponga en circulación los jóvenes tengan una oferta importante», ha agregado.

Asismismo, durante el acto celebrado en el Museo del Prado con refugiados ucranianos Iceta también ha manifestado que «antes del verano» se dará luz verde al acuerdo alcanzado la semana pasada entre sindicatos y la Administración para reforzar las plantillas de los museos estatales, tras dos años de reivindicaciones y negociación. Sin embargo, los sindicatos siguen sin estar conformes con las medidas propuestas.

«Ha habido un proceso muy complicado de falta de personal originado por la anterior crisis económica, pero al final se ha traducido en una dotación escasa en los museos. Afortunadamente hemos alcanzado un acuerdo con los sindicatos que nos va a permitir sacar más plazas en la oferta pública de empleo, recalificar algunas y intentar utilizar la reforma laboral para la contratación indefinida de trabajadores», ha tratado de justificarse. Mientras tanto, la mayoría de los museos estatales permanecen con salas o incluso alas enteras cerradas, y han reducido sus horarios de acceso.

La mayoría de los museos que dependen del Ministerio de Cultura, salvo el Prado, el Thyssen y el Reina Sofía, han sufrido cierres de salas (Museo del Romanticismo o Museo Arqueológico), cierres completos (Museo de América) o la reducción de horarios en sus exposiciones, como en el Museo Sorolla, debido a la falta de personal.

«Con el problema que teníamos era muy acuciante este acuerdo porque nos podía llevar al cierre de algunos museos en verano. Yo creo que eso lo hemos evitado ya, pero habrá que seguir trabajando porque realmente hemos de ampliar las plantillas y cambiar alguna tipología de los trabajadores de los museos», ha reconocido.

En virtud de este acuerdo se va a flexibilizar la titulación exigida para vigilantes y encargados de sala y a partir de ahora se les pedirá una titulación genérica de ESO, EGB o FP administrativo para los primeros y de bachiller o FP Técnico genérico para los segundos. Además, se abre la posibilidad de que estos colectivos puedan acceder a sistemas de promoción horizontal, concursos de traslados y ascensos, de forma análoga al colectivo de funcionarios.