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El actor Mark Wahlberg junto a Teresa Ruiz. Ambos protagonizan, junto a Mel Gibson, la película 'El milagro del padre Stu'

Entrevista

Teresa Ruiz, protagonista de 'El milagro del padre Stu': «Mark Wahlberg me dijo que este es el proyecto más importante de su vida»

Mark Wahlberg y Mel Gibson protagonizan una película cristiana en la que un hombre encuentra la salvación a través del amor a una joven católica... y acaba haciéndose sacerdote

Es una película que corre paralela a la propia vida de su protagonista, creador e impulsor: Mark Wahlberg. Stuart es un joven que se dedica al boxeo de tercera. Vive con su madre, Kathleen (Jacki Weaver), que insiste a su hijo para que busque un trabajo que le permita progresar en la vida. El padre de Stu, Bill (Mel Gibson), se fue de casa cuando murió su otro hijo, Stephan, y se volvió alcohólico. Su relación con Stu es terrible, y considera que la muerte se llevó al mejor de sus hijos y le dejó al fracasado. Un buen día, después de un combate, Stuart recibe del médico la peor noticia: debido a una enfermedad en la sangre, si sigue boxeando morirá.

Tras un rechazo inicial de la realidad, Stu decide dar un giro a su vida e irse a Los Ángeles con la intención de labrarse un futuro como actor de Hollywood, un objetivo nada realista. Mientras tanto, trabaja como dependiente de una carnicería. Un día, Stu se enamora a primera vista de una clienta mexicana, Carmen (Teresa Ruiz), que es católica practicante y está muy implicada con su parroquia.

Mark Wahlberg se enamoró de esta historia real después de que él mismo cayera en la adicción a la cocaína y acabara cumpliendo condena una cárcel de Boston por asalto con robo y violencia racista, donde conoció al capellán de la prisión y se convirtió. Desde entonces, ha luchado por tratar de llevar historias cristianas al cine, pero no solo eso: tramas llenas de perdón, de amor, de superación, de esperanza... E inspiracionales, como esta.

Es clave para entender la historia de Stuart Long una novia mexicana que tuvo antes de entrar en el seminario y que fue clave en su conversión: por conquistarla abrazó la fe, y él le acompañó en su camino hacia Cristo. Hemos entrevistado a la actriz mexicana Teresa Ruiz, actriz de películas como Roma o las series Narcos, La casa de las flores o Luis Miguel, que interpreta a esta mujer que fue fundamental en la travesía del padre Stu.

La actriz mexicana Teresa Ruiz

–¿Cómo llegó a ti esta película?

–El proyecto llevaba diez años en construcción. Mark Wahlberg lo tenía en la cabeza y lo estaba desarrollando, primero con David Russell, que es el director de El lado bueno de las cosas, pero después se separaron. Mark Wahlberg le pidió entonces a Rosalind Ross que le echara un ojo a la historia y, si le gustaba, que desarrollara el guion. Cuando Mark leyó el guion de Rosalind le gustó muchísimo, porque es una obra de arte hecha a mano; es un guion muy lírico, con una prosa muy elaborada, casi poesía. Entonces se pusieron a buscar a una actriz que pudiera hacer este personaje de una forma auténtica, que pudiera aterrizar este personaje tan difícil, y tras ver a varias actrices mi mánager me dijo: «Hay un proyecto que aunque es de Mark Wahlberg y Mel Gibson, es pequeño y familiar, y podrías reunirte con la directora». Hicimos un Zoom, platicamos y a ella le gustó la interacción conmigo. Después hice otro con Mark Wahlberg, porque él estaba haciendo una película de acción en Nueva Zelanda, y me acuerdo que llegó corriendo, todo mojado, sin camisa… Así que hicimos un ‘screen test’ (lectura de escenas).

–¿Cómo fue esa primera reunión con Mark Wahlberg?

–Tuvimos muy buena química. De hecho, era importante porque en la primera mitad de la película prácticamente estamos él y yo. Pusimos en común muchas ideas, y esa misma noche me volvió a llamar y me dijo que no querían esperar, que querían que me uniera al proyecto inmediatamente para poder empezar a ensayar. Él mismo me dijo que este es el proyecto más importante de su vida, y que si quería unirme a él tenía que entender que para él no era una película cualquiera. Me gustó mucho la idea de formar parte de esta familia creativa.

–Tú has trabajado antes en otras películas de temática espiritual, como puede ser Marcelino Pan y Vino, y otras inspiradas en hechos reales, como Narcos o la serie Luis Miguel, Cantinflas… Teniendo experiencia en ambas, ¿qué encontraste atractivo en este proyecto?

–Antes que nada, creo que esta película está muy bien hecha. Es una película muy conmovedora, es sumamente cómica y es una película que visualmente también es muy hermosa. Nuestro cinematógrafo es un francés que se llama Jacques Jouffret, y casi todo el equipo que ha realizado esta película es gente que trabaja en el más alto nivel, con muchos premios a sus espaldas, y que se han embarcado en este proyecto porque llevan muchos años trabajando con Mark Wahlberg y con Mel Gibson. La forma de trabajo ha sido muy colectiva: no importaba la trayectoria o la carrera que hubiéramos tenido, porque todos estábamos ganando algo, todos queríamos lo mismo: contar esta historia. Aunque tiene un presupuesto más limitado, es una película enorme hecha por gente muy talentosa. Estoy muy orgullosa de haber participado en una película con esta calidad, pero sobre todo por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Estas son las historias en las que yo busco participar: historias que enaltecen la belleza del ser humano y la belleza de lo que es vivir en este mundo.

La película 'El milagro del padre Stu' se estrenó el 13 de mayoSony Pictures

–Para ti, ¿cuáles son los valores principales que quieren transmitir en esta película?

–Que no importa dónde estés, no importa quién seas, no importa cuántos errores hayas cometido o lo perdido estés: puedes cambiar y puedes encontrar tu vocación. Y puedes ser parte de la vida, ser uno de los seres humanos que aporta a una comunidad y que tiene un propósito y que puede vivir una vida de felicidad a pesar de tanta adversidad. Hay un texto al final de la película del verdadero padre Stuart Long en el que dice que todos llevamos una vida con pruebas, pero tenemos que superarlas. Su caso es un ejemplo extremo por la vida que vivió, porque además tuvo una enfermedad muy difícil. Los casos extremos nos ayudan a caminar con su ejemplo.

–En la película se muestra la importancia de los personajes femeninos. Tú encarnas a Carmen, alguien fundamental en el desarrollo del padre Stu por su fuerza y sus valores, y, por otro lado, está su madre, que a pesar de oponerse a su decisión de ser sacerdote, le apoya hasta el final. ¿Cómo ves la presencia femenina en esta película, también dirigida por una mujer?

–Creo que Carmen podría ser una metáfora de la mujer. Creo que las mujeres (y con mujeres me refiero a la esencia de la feminidad) tenemos la capacidad de guiar el camino, de iluminar la oscuridad. Ella puede prenderle una luz a alguien que está tan perdido como lo estaba Stu, y puede enseñarle hacia dónde puede ir y una forma de vida mejor. Lo que más me gusta del personaje, también de la madre y el padre, es que ellos se reconcilian y sanan: son un núcleo familiar. Todo lo que se había roto en la familia se vuelve a unir precisamente por la transformación que sufre Stuart Long. Por eso me gusta que Carmen pueda ayudarle a hacer ese camino, a llegar ahí. Es un ejemplo de lo que podemos lograr si vivimos una vida sincera. ¡Podemos contagiar a muchas personas! Y la directora, Rosalind Ross, es completamente así: yo la observaba y sacaba algunas cualidades de ella para hacer este personaje. Es muy tranquila, muy generosa, muy bondadosa. Pero a pesar de eso es muy creativa y sabe lo que quiere. Me parece una manera muy bonita de expresar su feminidad, aunando fuerza y flexibilidad.

–¿Cómo te has preparado para este papel, tanto mental como espiritualmente?

–Cada personaje requiere de una parte distinta de mí. Yo realmente no pienso en un personaje como algo que esté fuera de mí. Todo lo que creo, lo creo a partir de quien yo soy: tengo algunos aspectos más oscuros, algunos más ligeros. En este personaje en particular tuve un proceso de mucha soledad y mucho hermetismo: durante tres meses realmente no vi ni a mis amigos, ni a mi familia, ni a nadie. Estábamos Mark Wahlberg, Mel Gibson, la directora y yo, y cuando a mí no me tocaba rodar, estaba en mi apartamento en completa contemplación. Creo que hay veces que los personajes necesitan eso para que puedas entrar en su esencia, para profundizar en lo que quieres transmitir. El único ritual que hicimos fue un ayuno de agua que duró tres días. Yo nunca lo había hecho, pero fue una experiencia muy fuerte que me ayudó a encontrar el silencio, algo fundamental en el personaje de Carmen. El silencio de la contemplación.

Teresa Ruiz y Mark Wahlberg en un fotograma de la película 'El milagro del padre Stu'

–¿Qué es lo que más admiras de Carmen?

–A pesar de que se puede pensar que es una mujer católica, que tiene todo perfecto, que camina el camino perfecto, a la mitad de la película hace exactamente lo que dijo que no iba a hacer al principio. Es un ser humano fallido. Es una mujer que todavía no se ha encontrado. Y así como Stu está pasando por transformación, él hace que ella tenga que atravesar la suya propia también. Me encanta ese carácter fallido, ese no saber dónde está, ese equivocarse. Me gustan mucho los personajes que se equivocan (yo misma me equivoco todo el tiempo). Hay una línea en la película que dice que el que termina fallando no es el que no cae, sino el que cuando lo hace no vuelve a levantarse. Y en esta película todos nos volvemos a levantar, y espero que ese sea el mensaje que le llegue a la gente.

–Al ser una película en la que se conecta tanto con las emociones y con un fondo trascendental, ¿qué has aprendido con este rodaje?

–Me llevo experiencias que me ayudan a ser una mejor actriz y también a ser una mejor persona. Ahora puedo representar a mi país con un mayor orgullo y entereza. Según crece mi carrera y trabajo con quienes siempre han sido mis ídolos, yo también me vuelvo más fuerte, y así puedo llevar la tradición de mi país a más lugares. Creo que todas estas experiencias que estoy viviendo me ayudan a crecer y me hacen mejor artista.

–¿Por qué deberíamos ver El milagro del padre Stu?

–Es una película perfecta para ver con familia, pero también con amigos: se disfruta muchísimo en el cine. Es una película como las que se hacían antes, y a la vez es divertida y tiene una música preciosa. No os la podéis perder.