Tras posar con esta naturalidad frente a la cámara, desayunar y terminar su cigarro, mientras hojeaba la prensa Rudyard Kipling descubrió una noticia extraña; al principio no se dio cuenta, pero al deletrear el nombre que aparecía en la noticia, descubrió que hablaba de su propia muerte. Tras asegurarse, escribió al director diciéndole: «Su periódico anuncia mi muerte, y como generalmente están ustedes bien informados, la noticia debe de ser cierta, por lo tanto les pide que anulen mi suscripción, porque ya no me será de utilidad». Cosas de la prensa...