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Rodrigo Santoro da vida a Magallanes y Álvaro Morte interpreta a Elcano en la serie Sin límites

El Cid, Magallanes, Elcano: los héroes españoles siguen siendo míticos, pero sólo con el filtro 'progre'

Los nuevos productos audiovisuales tratan de rescatar a grandes figuras de España, pero enarbolando el revisionismo histórico y plegándolas al nuevo discurso de la izquierda

Existe en España una tendencia incomprensible que trata de ocultar o no reconocer el valor de las grandes figuras de nuestra historia. Era precisamente la preocupación de Erwan de la Villéon cuando quiso traer Puy du Fou a España: «Queremos que los héroes de nuestros hijos sean Isabel la Católica, Séneca y los reyes godos, no Pikachu y Superman», dijo en su entrevista con El Debate.

Una reflexión que cobra más sentido que nunca ahora. Los jóvenes españoles desconocen la grandeza de los héroes nacionales. Entre otras cosas, porque no existen como referentes culturales, o al menos no son mainstream: no hay libros, cómics, series o películas que los ensalcen... o así era hasta ahora.

Una nueva tendencia ha empezado a recuperar grandes figuras de la historia de España para convertirlas en productos audiovisuales. Y nunca mejor dicho lo de «productos», ya que tienen fecha de caducidad (como gran parte del contenido que se produce de manera masiva en las plataformas de streaming) y están pensados para ser consumidos en el momento, de manera rápida y voraz, sin que medie una reflexión o una comparación. Y es que muchas veces, uno no puede comparar o analizar lo que no conoce.

Series y películas tratan de rescatar a grandes figuras de España, pero enarbolando el revisionismo histórico y plegándolas al nuevo discurso de la izquierda, incluso reavivando los mitos de la Leyenda Negra: haciendo un flaco favor a nuestro pasado, pero también a nuestro presente y a nuestro futuro.

El caso más reciente: Elcano y Magallanes

Lo que ha desatado esta reflexión es precisamente la aparición de una nueva serie que trata de reescribir la historia bajo la perspectiva que interesa en la actualidad, o que interesa desde la izquierda cultural, siempre pronta a instaurar una única visión de la historia. Sin Límites es otra ocasión perdida para hacer justicia a nuestra historia.

La serie aborda la mayor hazaña naval de la historia, y sin duda era una gran oportunidad de dar a conocer al gran público esta heroica travesía que llevó a Elcano a dar la primera vuelta al mundo. Pero como si de un capítulo más de la Leyenda Negra se tratara, la imagen de los españoles es la de una panda de sucios, borrachos y maleducados. No les mueve el interés por la sabiduría y el conocimiento ni la gloria de su país

El propio Álvaro Morte, que da vida a Elcano, afirma que «era de izquierdas». Y también que ha querido exacerbar esa progresía «para evitar que se lo apropien», o que se lo apropie alguien que no sea él. «Lo que he hecho con el personaje de Elcano es un tipo muy de izquierdas, que busca siempre el consenso entre sus hombres, que persigue el bien común y no el bien propio y que somete a votación las grandes decisiones que toma. Mi Elcano es muy de izquierdas y cero totalitario», afirma en una entrevista.

En la serie Sin límites emplean un catalejo, casi cien años antes de que se inventara

Algo que no solo ha suscitado bromas, sino críticas serias sobre el rigor histórico de la producción. Al escritor Pérez Reverte le ha quitado las ganas de ver la serie, esa en la que Juan Sebastián Elcano se convierte en el héroe español que fue el primer marino en completar una vuelta al mundo.

En toda expresión cultural existen anacronismos, casi todos por ignorancia o por descuido, como que aparezca un avión comercial sobrevolando una escena de finales del siglo XIX. En el caso de Sin límites, emplazada en 1519, utilizan un catalejo que no se inventaría hasta 1608. Sin embargo, hay otros anacronismos que son intencionados, que buscan revisar o modificar la historia.

Dice el productor de la serie, Méndez de Zubillaga, que no cree que Elcano fuera religioso. «Elcano es un 'outsider', muy cool, muy enrollado, que tiene una cuadrilla, se lo pasa bien en las tabernas peleando, es un vividor, un tío muy guay». Y sentencia Álvaro Morte: «Me he cargado todo eso porque no lo veo así. Dejó parte de su fortuna a varias iglesias y de ahí se concluye que era muy devoto. Pero lo dudo», sentencia.

Elcano no solo era un devoto religioso y católico, que se encomendó a la Virgen antes de su expedición, y al regresar, lo primero que hizo fue a darle las gracias: a Sevilla retornaron los escasos supervivientes en camisa y descalzos, con cirios en las manos y en procesión hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y a la capilla de la Virgen de la Antigua de la Catedral de Sevilla, a la que se habían encomendado antes de iniciar el viaje. También tenía un hermano sacerdote con el que mantenía una estrecha relación.

Además, el retrato que se hace de Elcano en la serie es el de un buscavidas, aventurero y canalla. En vez de ser rigurosos, se recurre al patrón prototípico del español buscavidas. Pero los navegantes eran grandes especialistas, grandes marinos, pilotos de la Casa de Contratación, auténticos científicos; no pendencieros borrachos en busca de camorra y sin honor.

El Cid: buen contexto, fallos graves

En realidad, Amazon Prime Video ya había rescatado a otro héroe español para hacer caja con su programación. Más de 800 años después de la aparición del Cantar de mio Cid, seguramente el relato épico más famoso de la literatura española, la plataforma estrenó «la historia detrás de la leyenda» de Rodrigo Díaz de Vivar, el Campeador.

Fue el filólogo e historiador Ramón Menéndez Pidal quien, en 1929, empezó a analizar el poema épico y sacó a la luz al Cid histórico, y no muchos más han podido hacerlo. Por eso, cada revisión del Cid se recibe con cierto escepticismo.

Jaime Lorente interpreta a 'Ruy' Díaz de Vivar en El Cid

En 1961, la película de Anthony Mann protagonizada por Charlton Heston y Sophia Loren empezaba a transmitir algunas incongruencias históricas. En ella aparecen algunas mitificaciones que ni siquiera están en el cantar, como la jura de Santa Gadea o la batalla que supuestamente venció después de muerto. Y es que en figuras como la de Rodrigo Díaz de Vivar es muy importante diferenciar entre el Cid histórico y el literario.

En la serie de Amazon, estrenada en 2020, se muestra a un Cid mercenario, cristiano por tradición (como todos los españoles de la época) pero que no luchaba por la cristiandad, sino más bien por el mejor postor. Un Cid que lidera un ejército de musulmanes (si bien la ambientación histórica está lograda: se distingue a las tropas cristianas de las musulmanas dentro de un mismo ejército por el armamento), aunque luche en la Reconquista.

También 'cuelan', por supuesto, a un religioso radicalizado: en este caso, al obispo Bernardo, interpretado por Juan Echanove, que nunca existió. De ideología cluniacense, parece obsesionado con la «guerra santa» contra los musulmanes, alejado de la piedad o la misericordia, con sed de sangre.

Héroes olvidados

El almirante Blas de Lezo es el autor de la gesta militar española más importante de toda la Historia. Al menos, cuantitativamente. Derrotó en Cartagena de Indias a una flota británica cuya magnitud no volvió a verse surcando los mares hasta el desembarco de Normandía. Sin embargo, como tantos otros, ha sido borrado, olvidado, eliminado de la historia. Lo mismo o parecido ocurre con tantas otras figuras.

El peligro está en ideologizar la historia común, en politizar el pasado o dejar caer en el olvido a un país que parece cada vez menos interesado en conocer su propio legado cultural. En nuestra Historia hay personajes encomiables, en todos los ámbitos, y repartidos por todo el globo, y sin embargo parece que sólo los precisamos para nuestras diminutas pugnas ideológicas en lugar de servirnos para darnos una mayor amplitud de miras.