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Vista general del proyecto de urbanización de la explanada de la Catedral de Notre Dame

Así es el proyecto ganador de la remodelación del entorno de Notre Dame

El arquitecto y paisajista belga Bas Smets es el ganador del concurso para llevar a cabo la transformación del entorno de la catedral de París, afectada por el incendio de 2019

En unos años, cuando la catedral de Notre Dame de París se deshaga de los barracones instalados desde el violento incendio del 15 de abril de 2019; cuando visitantes, creyentes y curiosos vuelvan, por millones, a admirar la fachada que ha quedado de pie o la aguja reconstruida, podrán hacerlo al abrigo del sol y del viento y caminar alrededor del monumento bajo una nueva cubierta de árboles. Una fina capa de agua de cinco milímetros enfriará incluso la explanada durante las horas más calurosas de los días estivales. Al menos, esta es la apuesta del arquitecto y paisajista belga Bas Smets, quien, junto a los arquitectos urbanistas parisinos Grau, los especialistas en patrimonio Neufville-Gayet o el ingeniero Franck Boutté, ha resultado ganador del concurso sobre la transformación del entorno de Notre Dame.

El ejercicio solicitado por la ciudad a los cuatro finalistas, en estrecha relación con la diócesis y el Estado, fue muy singular: se trataba de intervenir lo menos posible sobre la plaza preexistente, en virtud del «deber absoluto de preservar el patrimonio», según ha indicado en numerosas ocasiones Anne Hidalgo, la alcaldesa de la capital.

El objetivo es dotar de importancia a la catedral a la vez que se da respuesta a las consecuencias del terrible incendio y «a este imperativo climático sin el cual ya no podremos vivir en una ciudad como París», ha referido la alcaldesa, haciendo hincapié en el «cambio climático» que hace más necesaria que nunca la vegetación.

Vista aérea de la punta de la isla de Notre Dame, con mucha vegetación

Objetivo: densificar la vegetación

Por ello, habrá largos pasillos arbolados, que ofrecerán sombra, aumentando la vegetación previa en un 36 %. En la parte posterior de la catedral, una plaza verde se interpondrá entre el ábside y el Sena y permitirá a los visitantes disfrutar de una vista de los arbotantes y las vidrieras restauradas. El objetivo principal de estas obras es densificar la vegetación del entorno de Notre Dame.

La complejidad del proyecto se acrecentaba debido a tres factores que confluyen en esta plaza: se trata de un lugar importantísimo de culto religioso, ya que es la catedral de París; además, es un hervidero de turistas en prácticamente todas las épocas del año, y, por último, es uno de los grandes orgullos de los franceses en general y de los parisinos en particular.

La explanada de Notre Dame se refrescará gracias a un mecanismo de reprocesamiento del agua de lluvia

Visitantes en el antiguo aparcamiento subterráneo

Otro punto fuerte del proyecto: el antiguo aparcamiento situado bajo la explanada se transformará para acoger a los visitantes. Así lo explica la arquitecta de la agencia Grau, Susanne Eliasson: « Vamos a demoler una losa intermedia para dotar el espacio de un gran volumen interior, con techos de cuatro metros de altura. Habrá tiendas, mostradores de recepción, salas para grupos, una cafetería e instalaciones sanitarias; todos los servicios esenciales de los que hoy carece el lugar”. Este »paseo subterráneo" también dará acceso a la cripta arqueológica y se abrirá al Sena por el lado del Quai Maurice Carême.

Una primera propuesta, más radical, se había trabajado bajo la presidencia de François Hollande, antes de ser desechada. Finalmente, la ciudad de París invertirá 50 millones de euros en este proyecto, asegurando que los alrededores de la catedral sean accesibles a partir de la segunda mitad de 2024, coincidiendo con el final de las obras generales de reconstrucción de la catedral y a punto para los Juegos Olímpicos. Pero el proyecto en su conjunto no se entregará definitivamente hasta 2027.