Jugar a las tres en raya en la piedra: patrimonio de Santiago de Compostela
Los historiadores locales tratan de preservar las hendiduras realizadas en piedra hace 400 años: en total, se han encontrado casi 200 tableros del juego pai fillo nai diseminados por la ciudad
Están en San Martín Pinario, Mazarelos, el Obradoiro, en la fachada del convento de San Francisco, Vista Alegre, Castrón Douro o hasta en una de las torres de la Catedral de Santiago, en la Berenguela. Llevan ahí cuatro siglos, tallados en las piedras de algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Santiago de Compostela. Aunque no están escondidos, han pasado desapercibidos para la gran mayoría de los habitantes y turistas. Ahora, una investigación del grupo de historiadores de Colectivo A Rula busca proteger este patrimonio de la ciudad compostelana.
En total, han documentado casi 200 tableros de juego de la Compostela barroca que han sobrevivido al paso del tiempo. Se utilizaban para jugar al pai fillo nai, también conocido como tres en raya. «Era muy popular y existía tanta afición entre los vecinos que se organizaban campeonatos a menudo», según explican en A Rula. Esta asociación comenzó a cartografiar la ubicación de los juegos en 2015, después de que empezaran a circular por las redes sociales fotos de conjuntos de equis y círculos toscamente tallados en el atrio de un convento local. Los residentes pronto empezaron a ver versiones del rudimentario patrón de nueve hoyos en el centro de la ciudad, tallados en las piedras de granito que bordean plazas, fuentes y fachadas de edificios.
Aunque se cree que algunos de los juegos se remontan a finales del siglo XVI, cuando se pusieron los cimientos de lo que sería la ciudad moderna, se cree que la mayor parte de las marcas se hicieron entre 300 y 400 años atrás, y normalmente cerca de lugares de culto, lo que algunos historiadores interpretan como una forma de entretenimiento mientras esperaban para recibir limosna.
Los estudiosos afirman que es probable que los patrones de tallado en bruto se hicieran con piedras de cuarzo o algún tipo de herramienta metálica. Otras tallas salpican las principales plazas de la ciudad, lo que sugiere que se realizaron durante actos públicos: uno de los tableros de juego se encontró tallado en la torre del reloj de la catedral de la ciudad en lo que pudo ser una forma de pasar el tiempo entre los toques de las campanas.
Desde A Rula han comparado los juegos –casi todos ellos, versiones del tres en raya– con los juegos más intrincados que se encuentran en algunos claustros y en los atrios cerrados de las iglesias, pero siempre con acceso al público, lo que permite conocer mejor la vida de las personas más humildes de la ciudad.
Desde que el colectivo comenzó a documentar los juegos de la ciudad, han tenido noticia de que existen juegos similares en otras ciudades de España y Francia, así como en Canterbury y Gloucester, en Inglaterra, lo que los llevó a establecer una relación directa con los peregrinos del Camino de Santiago. Sin embargo, en ninguna de las otras ciudades se documenta un número tan elevado de juegos, quizá debido a la calidad de la piedra de Santiago, que ha mantenido los tableros prácticamente iguales durante tres siglos.
Presión para proteger los tableros
Hasta ahora, el colectivo A Rula ha tenido poca respuesta mientras presiona a las autoridades para que hagan más por proteger la colección única de tableros de juego de la ciudad: al desconocerse su existencia, muchos han sido maltratados, desgastados o simplemente sustituidos por piedras nuevas.
En un esfuerzo por aumentar la presión, han tratado de dar a conocer el hallazgo, organizando visitas para locales y turistas, así como para grupos escolares. «Vamos a seguir luchando porque consideramos que se trata de una cuestión de patrimonio», afirman desde A Rula. Así que en su próxima visita a Santiago de Compostela, no se olviden de echar una partida al pai fillo nai.