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Cuevas de Altamira

¿Arqueología de género? La directora de Altamira dice que «no hay datos de que las cuevas las pintaran hombres»

La directora del Museo Altamira defiende «la arqueología de género y las perspectivas feministas» en un curso de verano que busca cumplir con «los objetivos de igualdad en el ámbito cultural, patrimonial y museístico»

Existen ya las matemáticas con perspectiva de género. También hay quien defiende la ideología de género en la sanidad, en la memoria, en la gestión pública. Por supuesto, se ha impulsado desde los círculos interesados un análisis de la historia con enfoque de género, y la última ocurrencia es la arqueología con perspectiva de género.

Así lo propone y lo defiende la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que celebra estos días un curso de verano sobre arqueología y museología de género, feminista y queer. Una de las clases magistrales la impartió Pilar Fatás, directora del Museo Altamira y también del curso, quien apoyó esta nueva modalidad de estudio del pasado a través de la arqueología y la museología: «Las perspectivas feministas permiten lograr una mirada más diversa e inclusiva hacia nuestro pasado», afirmó en una de sus intervenciones.

Pero no se quedó ahí. Igual que el revisionismo histórico trata de «corregir» injusticias históricas desde una ideología actual, la arqueología, según Fatás, busca hacer lo mismo. Por eso, hablando de las Cuevas de Altamira, afirmó: «No hay ningún dato científico que nos diga que eran los hombres quienes pintaban, que es la imagen que todos tenemos siempre en la imaginación porque siempre se ha representado a hombres pintando».

«Los Bisontes los descubrió una mujer»

El curso, llamado XI Escuela de Arte y Patrimonio Marcelino Sanz de Sautuola y con el logo del Ministerio de Cultura bien destacado, lleva el título 'Los Bisontes de Altamira los descubrió una mujer. Museos, arqueología, patrimonio y género', en referencia a María Sainz de Sautuola, «los primeros ojos que vieron el arte de Altamira»: ella era la hija de Marcelino Sainz de Sautuola, descubridor científico de la cueva de Altamira, si bien las investigadoras defienden que fue su hija la primera en descubrirla. y en su descripción afirma que «el enfoque de género y las perspectivas feministas son los posicionamientos teóricos que más han estimulado, en el inicio de siglo XXI, el debate y la producción científica tanto en el ámbito de la arqueología como de la museología».

Según el programa, la arqueología ha sido agitada por «los movimientos feminista, de género y queer», llevando a «la relectura del pasado a través de nuevas miradas y abriendo su interpretación y comprensión a nuevas realidades sociales». Los títulos de las ponencias dejan claro el programa: 'Las invisibles. La arqueología como fuente de información de nuestros pasados', 'Invisibilidades y presencias: una historia de la mujer en la Arqueología española', 'Más allá de los binarismos sexo - genéricos: las aportaciones de las teorías queer y los debates actuales', '¡Pero, si este cacique tiene vulva! De la interpretación binarista a los nuevos relatos en los museos: mujeres de poder, personas transgénero y el reconocimiento de la diversidad' e 'Igualdad, hermandad, solidaridad (y un poquito cotilleo)' son solo algunos ejemplos.

El curso, en el que participan personalidades de los principales museos estatales, como el Museo Arqueológico Nacional o el Museo de América, tiene como objetivo generar un marco de reflexión, debate e intercambio de prácticas encaminadas a la «consecución de los objetivos de igualdad en el ámbito cultural y patrimonial, contribuyendo a generar museos acordes a la sociedad actual». A juicio de la directora del Museo de Altamira, es un giro esencial sobre «cómo los museos utilizamos esos datos para divulgar a través de los relatos y de los discursos que presentamos, intentado reflejar esa perspectiva de género».

Según la directora de este museo dependiente del Gobierno, «la arqueología de género es una tendencia que se lleva trabajando desde hace décadas»: «Se trata de una tendencia centrada en realizar preguntas a los datos científicos y a los restos arqueológicos que tenemos, que nos permitan presentar los periodos históricos de una manera completa». En concreto, Altamira y las obras históricas que allí se recogen datan del periodo del Paleolítico y la directora apunta que, en los últimos años, «se ha propugnado que las mujeres podrían ser perfectamente las artistas» de las pinturas que se conservan en la cueva cántabra.