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Fotograma de la película 'Alcarràs', de Carla Simón

'Alcarràs', de Carla Simón, es la candidata española para los Oscar 2023

La ganadora de la Berlinale empieza ahora una carrera para llegar a la gala de la 95ª edición de los premios de Hollywood, que se celebrará el próximo 12 de marzo

La película Alcarràs, de Carla Simón (Barcelona, 1986), ganadora del Oso de Oro en la pasada Berlinale, representará a España en la competición por el Óscar a la mejor película internacional en la 95 edición de estos premios hollywoodienses, ha anunciado este martes la Academia de Cine española.

El segundo largometraje de la directora catalana ha sido el elegido por los académicos españoles de una terna de preseleccionadas en la que también figuraban Cinco lobitos, de Alauda Ruiz de Azúa, y As bestas, de Rodrigo Sorogoyen.

En un acto celebrado esta mañana en la sede de la Academia española, la actriz Carmen Maura ha sido la encargada de anunciar el título elegido para competir en la 95 edición de los Premios Óscar, que se celebrarán el 12 de marzo de 2023 en Los Ángeles (Estados Unidos).

Un monumento español

Con Alcarràs, Carla Simón consiguió volver a poner a España en el foco cinematográfico mundial. Y lo hizo con una película que nada tiene que ver con los conflictos guerracivilistas o las agotadas tramas sexuales que han caracterizado nuestro cine durante años.

Simón tiene una sensibilidad única que le permite mirar el fondo del ser humano, de los problemas y detalles cotidianos, y hacernos navegar por los problemas de una familia de agricultores enfrentada a la carrera capitalista. Quimet (formidable Jordi Pujol Dolcet) y su familia son un clan de payeses que se ganan la vida con el cultivo del melocotón en el pueblo leridano que da título a la cinta. El conflicto surge cuando el heredero de unas tierras cuyo usufructo había sido concedido a la familia protagonista decide reclamarlas para construir en ellas un parque de colectores solares.

La denuncia, alejada del burdo panfletarismo, la hacemos nuestra gracias a unos personajes definidos que aman su tierra, su trabajo honesto, el fruto de su trabajo, el sol y los frutales. Los estragos de los problemas de los campesinos son ahora también los nuestros, la desprotección de esa familia es también la nuestra, el amor de una familia frente al individualismo egoísta es –o nos gustaría que fuera–el nuestro.

Porque Carla Simón dibuja unas relaciones familiares imperfectas pero capaces de soportar el peso de los reveses de la vida. Es decir: unas relaciones familiares sólidas, reales, atravesadas por el afecto pero también por la pretensión y la duda. Un abuelo contemplando a sus nietos a los pies de una higuera que ha sido cuidada por generaciones es también nuestro abuelo, porque esa es la magia de Carla Simón: la de unirnos a todos los españoles en una gran familia. Y con esa familia ella consigiuó lo imposible: ser la primera mujer en ganar en la Berlinale, que España ganara allí casi 40 años después de La Colmena y ahora, que un monumento español así nos represente en los Premios Óscar: una mujer (y sin el apellido Almodóvar a la vista).