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Autorretrato con un cigarrillo, de Edvard MunchAFP

Los «horribles» retratos de Munch y Kokoschka en París, la capital del «arte degenerado» de los nazis

Dos grandes exposiciones de ambos artistas coinciden en la capital francesa en el Museo de Orsay y el Museo de Arte Moderno

Dos grandes exposiciones sobre el llamado «arte degenerado», como llamaron los nazis a las obras que cambiaron el mundo de la pintura, el arte moderno a partir de la exposición de Múnich de 1937, se dan esta semana en París con los nombres protagonistas del noruego Edvard Munch y del austriaco Oskar Kokoschka.

Munch (1863-1944), en el Museo de Orsay hasta el próximo 22 de enero, causó gran revuelo con su novedosa visión inquietante de la vida común. Su obra más conocida, El Grito (1893), es una buena muestra de ello, una corriente que hace volar las cortinas del realismo y del impresionismo como las de la casa de Daisy Buchanan en El Gran Gatsby.

'Tarde en la Avenida Karl Johan', de Edvard MunchAFP

El efecto de esos rostros aterrorizados y aterrorizantes, el mismo espejo de las almas de los espectadores, provocó que se tuvieran que cerrar sus exposiciones ante el insoportable reflejo de sus crudas intimidades. Un impresionante ejemplo del alcance de su arte.

Una vida atormentada por la muerte prematura de la madre y de una hermana configuraron ese imaginario penetrante como una inyección. «Era importante mostrar cómo Munch pensó en El Grito no como una obra aislada, sino inscrita en un ciclo», dijo la comisaria de la exposición (compuesta por unos cien cuadros), Claire Bernardi.

Mahler y Freud

Como Oskar Kokoscha (1886-1980), Munch vio como los nazis confiscaban sus obras, y ahora ambos «degenerados» comparten ciudad de exposición, en el caso del austriaco en el Museo de Arte Moderno. Conocido por sus paisajes expresionistas (y por su poesía), Kokoschka también impresionó con sus retratos de mirada perturbadora como su Autorretrato de un Artista Degenerado o los tenebrosos ojos (casi un retrato de Dorian Gray) de su mecenas, el arquitecto Adolf Loos.

'Autorretrato de un Artista Degenerado', de Oskar KokoschkaAFP

Los nazis confiscaron más de 400 de sus obras, influidas notoria y psicológicamente por la música de Gustav Mahler (del mismo modo que el compositor influyó en Visconti y su Muerte en Venecia), con cuya viuda tuvo un borrascoso romance, y por Sigmund Freud, un influjo, el del psiquiatra, casi físico en las pinturas del artista, el «degenerado» retratista, junto a Munch, de las incómodas y realistas imperfecciones de los sentimientos humanos que se muestran al mismo tiempo en París.