Tamara Falcó y 'Las Amistades Peligrosas'

La escritora francesa del siglo XIX Constance Theis de Salm, condesa de Nantes, escribió en 1824 la novela epistolar Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible, 46 cartas redactadas por una mujer al descubrir la traición de su amante, a quien ve, al salir de la Ópera, subir a la calesa de otra mujer. Esto es más o menos lo que ha sucedido en el siglo XXI con la marquesa Tamara Falcó y el asunto con su prometido Íñigo Onieva, tras filtrarse un vídeo en el que aparece el infiel besándose con otra mujer.

¿Acaso no pudo haber pensado la mediática señora de Falcó como la princesa de De Salm:«¡Tal vez estés aún en casa de esa mujer...! ¡Qué noche me espera! ¡Ah, Dios mío! Ni uno solo de mis pensamientos no es de dolor. Sabe el cielo que la mínima duda sobre tu cariño se me aparecería como una horrible profanación; sin embargo, ¿no hay nada más que no sean estas largas horas de desesperación?»

La princesa herida

Es, de nuevo, la temática de la pasión amorosa y de los celos nobiliarios pasada por lo catódico en lugar de por las páginas de los libros, aquellos primeros magazines donde se describía la intimidad y los sentimientos reales de estos amores y sus despechos hoy vulgarizados por los tiempos y el ruido de los comentaristas, que ni por asomo serían capaces de revelar el alma sufriente de la princesa:

«Buenos días, estimado amigo; heme aquí; la noche ha sido espantosa. Tu imagen, y la de esa mujer, han permanecido fijas ante mis ojos. Te veía, te oía, te hablaba, querido y cruel amigo; y veinte veces me he despertado con la frente cubierta de sudor, y con una ansiedad que querría poder describirte. ¿Lo intentaré?».

Ejemplo de virtud

¿Podría ser Tamara Falcó la nueva princesa de Cléves del XVII, la mujer que, libre de elegir su destino, quede finalmente atrapada entre el deber y el amor, o entre la desconfianza patológica hacia los hombres como la de la Madame de Tourvel de Las Amistades Peligrosas? Tiene la hija de Isabel Preysler (una suerte de marquesa de Merteuil, sin el libertinaje, el odio o el maquiavelismo), en sus convicciones religiosas, una querencia de convento como la de las desdichadas protagonistas de Madame de Lafayette o Pierre Choderlos de Laclos favorecida por la desilusión?

Se presenta Falcó como ejemplo de virtud en los medios igual que Tourvel (interpretada en la versión cinematográfica de Stephen Frears por Michele Pfeiffer y en el Valmont de Milos Forman por Meg Tilly) en la novela. Casi la exacta reticencia al noviazgo hasta que aparece el interesado Onieva, no un noble libertino sino un empresario de la noche (el «noble» libertino de la actualidad) que acaba conquistándola y prometiéndose con ella (también están los reflejos de la Albertine Desaparecida [hasta que aparezca], de Proust), como en la apuesta original de la novela, igual que si fuera una presa, el cazador que no va a morir en duelo, pues no hay ningún caballero Danceny que le rete, sino en (la alta) sociedad.